En medio de los constantes rumores sobre la estabilidad matrimonial de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, una nueva voz se suma al debate familiar, y no es cualquier voz. Según fuentes cercanas al entorno de los Preysler-Falcó, Enrique Iglesias —hijo de Isabel Preysler y hermano mayor de Tamara por parte de madre— ha intervenido discretamente para expresar su preocupación sobre los planes de la marquesa de Griñón de convertirse en madre.

La intervención del cantante, que ha permanecido al margen de los focos en lo que respecta a los asuntos familiares españoles, se produjo tras las repetidas tensiones entre Tamara e Íñigo en los últimos meses. Aunque públicamente han tratado de mostrar una imagen de pareja unida desde su fastuosa boda en julio de 2023, en el círculo más cercano nadie ignora que la relación ha estado marcada por altibajos, discusiones y, según algunos, una confianza aún resquebrajada tras las infidelidades pasadas de Onieva.

La conversación entre Enrique y Tamara habría ocurrido durante una visita reciente de ella a Miami, donde reside el artista junto a su pareja, Anna Kournikova, y sus tres hijos. De acuerdo con lo que ha trascendido, Enrique, conocido por su carácter reservado pero protector con su familia, fue claro con su hermana: “Una boda se deshace con un divorcio, pero un hijo es para toda la vida. Si no estás segura, no lo hagas por presión ni por ilusión momentánea”. El consejo no fue una imposición, sino una advertencia fraternal nacida de la experiencia y la madurez de quien ha visto cómo el peso de las decisiones emocionales mal calculadas puede tener efectos a largo plazo. Enrique, que ha formado una familia estable lejos del foco mediático, estaría preocupado por la falta de estabilidad emocional que ve en la pareja de su hermana.

En la familia nadie cree que la relación tenga futuro

Fuentes cercanas al clan Preysler revelan que el consejo de Enrique no es un caso aislado. De hecho, se dice que Isabel Preysler también ha intentado frenar los planes de maternidad de Tamara, considerando que la relación con Íñigo sigue siendo “una montaña rusa emocional”. Aunque públicamente ha evitado pronunciarse, en privado la “reina de corazones” sigue sin confiar plenamente en el yerno que en su día humilló a su hija con un escándalo de infidelidad.

Por su parte, el círculo de amigos más íntimos de Tamara también estaría dividido. Algunos la apoyan en su deseo de ser madre —ella misma ha dicho en entrevistas que es una de sus grandes ilusiones—, pero otros consideran que debería priorizar su estabilidad personal y emocional antes de dar ese paso irreversible. La frase “en la familia nadie da un duro por esa relación” resuena cada vez con más fuerza, incluso entre personas que en su día apoyaron la reconciliación.

Tamara guarda silencio… por ahora

La marquesa de Griñón, que ha hecho de su vida privada un testimonio público desde su conversión religiosa hasta su enlace matrimonial, ahora opta por el silencio. En sus últimas apariciones, se ha mostrado serena, aunque algo distante. No ha hablado de embarazo, ni ha vuelto a referirse al tema de la maternidad desde hace semanas, lo que muchos interpretan como una señal de duda o prudencia. ¿Escuchará Tamara los consejos de Enrique? ¿O se dejará llevar por su fe y su deseo de formar una familia a toda costa? El tiempo lo dirá. Por ahora, queda claro que, más allá del glamour y las apariencias, en el corazón de los Falcó-Preysler hay preocupación, reservas y un deseo genuino de proteger a Tamara de una decisión que podría marcar su vida para siempre.