El universo influencer del estado español tiene una resaca considerable después de la macrofiesta de cumpleaños de Dulceida durante el fin de semana en Ibiza. Ahora bien, el dolor de cabeza tiene ingredientes adicionales, especialmente para la organizadora, su equipo profesional y dos invitados que la líaron en el exclusivo hotel donde se alojaba la tropa de gente 'guapa' disfrazada de Disney convocada al acontecimiento: invitados reconvertidos en hooligans, un exconcursante de 'Supervivientes', Oto Vans, y el marido de María Pombo, Pablo Castellano. Su pelea, con destrozos y amenaza de expulsión del lujoso establecimiento incluida, ha eclipsado el 'sarao', y todo el mundo se muere por que se filtre alguna grabación del incidente. ¿Es posible que un grupo de 300 personas 'armadas' con sus inseparables teléfonos móviles no tenga ninguna imagen del 'momentazo' de la noche? ¿Caprichos del azar? ¿Hay 'omertá', un silencio cómplice? Sorprende, cuando menos, por otro vídeo que corre como la pólvora en redes, compartido precisamente por uno de los 'púgiles', y que deja bien claro cómo se divierten los influencers.

La grabación crea una duda: ¿quién se lo pasa mejor, los asistentes a la fiesta... o sus móviles? Da la impresión incluso que todos están mucho más pendientes de lo que pasa en las pantallas que de la pista de baile o la homenajeada (que también tiene el móvil en la mano, claro está). La imagen se ha convertido en uno de los resúmenes más elocuentes de la fiesta, al menos para miles y miles de internautas, que alucinan. La opinión generalizada es unánime: no se perdieron gran cosa. Bueno, sí, una riña. Pero eso se puede encontrar en cualquier local nocturno. Y con vídeo que deje testimonio.

Dulceida cumpleaños @dulceida

Dulceida aniversario|cumpleaños mobils @pablocastellano86

Dulceida cumpleaños móviles @pablocastellano86

La superpoblación de aparatos telefónicos y la obsesión del personal durante la fiesta tiene otra lectura en torno a la famosa reyerta: los invitados parecen tan concentrados en su mundo de Instagram que quizás ni se dieron cuenta de que dos de ellos se estaban zurrando, convirtiéndose en las estrellitas indeseadas e indeseables del acontecimiento. A ver si cuando pase la resaca y revisen todo su material grabado aparece la maldita pelea. Ya es curiosidad pura y dura, como pasa con los documentales de National Geographic: "así luchan dos ejemplares (de influencers) en su hábitat natural..."