Acaba la primera temporada de Hansi Flick como entrenador del FC Barcelona y no se recuerda un primer año similar en la historia culé. El debut de Guardiola fue más fulgurante, ganó la Champions que un pésimo arbitraje le arrebató al Barça de Flick en el último suspiro. Pero Pep no venía de la sequía de diez años que ha tenido que gestionar Flick. Guardiola hereda un equipo que Frank Rijkaard había hecho campeón de Europa, en cambio, Flick hereda un vestuario hundido por debacles europeas que no se olvidan y de entrenadores quejumbrosos de todo, desde la juventud del equipo al césped. Flick no ha protestado, ha trabajado y se ha hecho con el corazón del equipo y de los culés. Lo ha hecho de una manera discreta, sin ninguna rueda de prensa memorable, sin ninguna entrevista exclusiva, sin ningún grito, sin ninguna impostura. Flick ahora es Dios en Barcelona y se nota por un detalle no poco importante: cómo hablan de Hansi los camareros de los restaurantes que frecuenta. Flick come y cena en el barrio de Sant Gervasi en dos locales de la zona del DIR Diagonal y Cinesa Diagonal. Allí hablan muy bien de él como cliente: Semon y Fleming Ultramarinos.

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Hansi Flick sonríe a la vida, EFE
Fachada de Semon en la plaza redonda, Ig
Fachada de Semon en la plaza redonda, Ig

Semon es uno de los locales clásicos del Upper Diagonal a la zona del Turó Park, en la plaza conocida como de la iglesia redonda, la de Sant Gregori Taumaturg. Inicialmente, era una tienda de comestibles de lujo que ha desembocado en un local más abierto en la misma plaza. Uno de los descendientes de la fundadora revela al diario ABC que los camareros hablan muy bien de Hansi Flick como cliente:  "Flick por no entrar en debates estériles hace ver que habla un inglés peor del que en realidad habla -es mucho más fluido cuando saluda en los restaurantes, donde es por cierto muy querido, porque nunca un entrenador del Barça había dejado tantas propinas como él". Pep Guardiola vivía en la calle Ganduxer cuando entrenaba al Barça, muy cerca de allí. Y Xavi tampoco era tan desprendido como el alemán. Un detalle más de la personalidad de Flick: es muy generoso. Laura Fa explicó en Versió RAC1 de Toni Clapés que Flick también come y cena en Fleming Ultramarinos, en la Avenida Fleming, donde estaba el antiguo campo del Espanyol, ahora en peligro de descenso también gracias a Flick.

Fleming Ultramarinos, Ig
Fleming Ultramarinos, Ig

Este joven local ha sido acogido por los vecinos de la zona como uno de los mejores, a un precio medio de 60 euros Flick puede comer sin sentirse empalagado por locales con más tradición de su barrio. Y dejar propinas excelentes. Flick ahora mismo es Dios en Barcelona, el capo en el Barça y el vecino perfecto del Turó Park.