MasterChef se ha consolidado como uno de los espacios televisivos más vistos de nuestro país, con audiencias millonarias tanto en su edición de anónimos como en la junior. Sin embargo, es la edición celebrity la que despierta mayor expectación y polémica, al reunir cada año a rostros conocidos tras los fogones. En este contexto ha salido a la luz un presunto engaño relacionado con Tamara Falcó, ganadora de la tercera edición celebrity hace ya seis años. 

El presunto engaño de Tamara Falcó 

La primera pista del desencuentro entre la realidad y lo que se mostró en televisión la dio Violeta Mangriñán, influencer valenciana con más de 2,4 millones de seguidores en Instagram. Violeta y su pareja, Fabio Colloricchio, participaron en el casting de la octava edición celebrity, donde fueron finalmente rechazados. En sus declaraciones públicas la creadora de contenido aseguró que, durante la prueba, le comentaron que Tamara había accedido al concurso sin saber cocinar ni siquiera un huevo frito y aun así resultó vencedora. Ese comentario despertó de nuevo la atención de la audiencia sobre aquella polémica victoria. 

El supuesto “engaño” reside en que la producción habría maquillado las habilidades culinarias de Tamara Falcó para favorecer su candidatura. Según fuentes internas, la organización del programa decidió potenciar el atractivo televisivo de la audición celebrity a costa de la imparcialidad. La noticia ha reavivado el debate sobre el papel que juegan el apellido y la popularidad a la hora de abrirse paso en un formato que presume de objetividad y rigor gastronómico. 

Durante la emisión de aquella edición, Tamara Falcó conquistó al jurado con elaboraciones vistosas y sabor equilibrado, aunque no faltaron críticas entre la audiencia especializada. Con el paso del tiempo, el secreto salió a la luz cuando aspirantes posteriores, como Violeta, han denunciado que la aristócrata contó con cierto “trato de favor” desde el inicio. Esto explicaría por qué su trayectoria en el concurso resultó tan cómoda, sin pasar por pruebas eliminatorias especialmente exigentes. 

Reacciones encontradas  

La revelación ha provocado reacciones encontradas. Por un lado, seguidores de Tamara defienden que una edición celebrity debería priorizar el entretenimiento y la notoriedad de los participantes sobre la destreza técnica. Para ellos, la competición era un vehículo de visibilidad y no un certamen culinario al uso. En cambio, cocineros profesionales y antiguos concursantes insisten en la necesidad de credibilidad: si un celebrity show presume de concurso gastronómico, los criterios de selección y evaluación deben ser transparentes. 

Por su parte, RTVE, productora de MasterChef, ha emitido un comunicado escueto: niega categóricamente cualquier manipulación en el proceso de selección y recuerda que el programa cuenta con pruebas ciegas de sabor y valoración técnica. No obstante, el escándalo ha puesto en entredicho la versión oficial y ha reavivado las voces críticas que reivindican un reality más honesto. En última instancia, este escándalo abre un debate sobre el verdadero propósito de MasterChef Celebrity: ¿es un concurso gastronómico o un show de entretenimiento con toques culinarios? Para Tamara Falcó, su triunfo pasó a formar parte de su biografía pública, pero ahora queda empañado por sospechas de favoritismo.