Es la voz catalana que nos informa día tras día sobre el impacto del coronavirus en China, donde estalló la pesadilla. Francesc Canals, corresponsal de TV3, vive desde hace días un nuevo confinamiento preventivo en su domicilio de Pekín, después de haber viajado a Wuhan, zona cero de la Covid-19, para informar de cómo era la vuelta a la vida 'normal' después de meses de cierre extremo. El periodista ha conectado con el 'Tot es mou' de Helena García Melero, y el relato es tan o más espeluznante que el primer día.

Francesc Canals Helena García Melero TV3

Francesc Canals Helena García Melero TV3

Canals ya ha vuelto de la provincia de Hubei, pero el regreso no ha sido ni mucho menos sencillo. Más bien todo lo contrario. Un viaje de ciencia-ficción, como lo describía la presentadora, y que todavía no ha acabado a pesar de estar en su casa. Las medidas en la capital de la República Popular China son extremas: las autoridades quieren celebrar la reunión del Parlamento y el control es férreo. Pekín es otra ciudad: metros y autobuses prácticamente vacíos, y calles con una circulación anormalmente baja en una ciudad gigantesca y superpoblada. Desde que salió de Wuhan en tren ha sido sometido a un montón de pruebas de temperatura, clasificación por parte de las autoridades, transportes bajo vigilancia, obligación de firmar documentos a funcionarios del gobierno e incluso, un sensor en la puerta de su casa. Cada mañana y cada noche le controlan las constantes durante 14 días: lleva 4 días, y tendrá que continuar así hasta el día 3 de mayo. Escalofriante se queda corto, y llama mucho la atención comparándolo con las medidas del Gobierno español y sus planes, a veces inverosímiles, para levantar el confinamiento.

Francesc Canals Pequin TV3

Francesc Canals Pekin TV3

Más que ciencia-ficción, es terror. Si aquí nos quejamos de dureza y del largo encierro, imaginen lo que siente Canals o el resto de ciudadanos de China, o lo que piensa el catalán cuándo mira la actualidad desde la distancia.