Si hay una serie que ha marcado a toda una generación y lo sigue haciendo 20 años después de sus emisiones, esa no es otra que ‘Aquí no hay quien viva’. Los alocados vecinos de Desengaño 21 viven para siempre en las retinas de todos los españoles. Es una de las comedias más exitosas de todos los tiempos con cuotas de más del 40% y más de 5 millones de espectadores. Muchas de sus frases, así como los nombres de los personajes sobreviven en el tiempo. En parte gracias a las innumerables reposiciones en canales temáticos y en plataformas en streaming.
Pero la aventura de estos vecinos duró poco, tan solo tres años, ya que José Luis Moreno vendió parte de su productora a Telecinco y la serie saltó de cadena convirtiéndose en otra totalmente distinta para evitar multas por plagio. Así nació ‘LQSA’, serie que se mantiene a día de hoy en emisión. Aunque las comparaciones para los espectadores son odiosas, hay un personaje que es la unión de todo este universo creado por los hermanos Caballero, José Luis Gil, que en estos momentos atraviesa un delicado estado de salud que le ha apartado de la serie.

Abandonó la interpretación hace más de una década por una enfermedad
José Luis Gil ha compartido pantalla con muchos actores veteranos de la comedia, entre ellos Santiago Ramos. El actor desapareció de la serie debido a una enfermedad que se conoció años más tarde. Sufre Parkinson y se ha visto obligado a desaparecer de las tablas. “Le diagnosticaron Parkinson, está muy bien cuidado en una buena casa. No somos ricos, pero tenemos para cuidarlo perfectamente”, rompía su silencio su esposa, molesta con las declaraciones de algunos medios de comunicación que hablaban de una supuesta ruina familiar por los años inactivos del actor.
La enfermedad llegó a la vida de Santiago Ramos demasiado pronto, pocos años después de abandonar la comedia. “Empezó muy joven, con 66 años o por ahí. Entonces, verlo así te da como mucha pena. Esta enfermedad es muy horrible, porque le ha quitado todo: conducir, su moto…”, además de su trabajo, su profesión, su pasión por subirse al escenario y sentir el calor del público en cada aplauso. “Es muy bueno en teatro, le han ofrecido proyectos muy buenos, pero Santi no puede hacer ningún tipo de obra de teatro, porque el Parkinson afecta a la memoria. La única pena es verlo así, porque es un actor buenísimo”, defiende su esposa.
Su marido cuenta con todo el apoyo de la familia, además tiene siete hermanos que están todo el tiempo pendientes y la ayudan en todo lo que pueden.