Chenoa se consolida como uno de los personajes estrella de la televisión. Este 2025 ha triunfado con ‘Tu cara me suena’, ‘OT’ en Prime Video y dos nuevos programas en TVE, ‘Dog House’ y ‘The Floor’, todos con notable éxito. La artista ha abandonado en cierta forma el mundo de la música y se ha labrado un camino mucho más exitoso en la televisión y en las plataformas en streaming. El gran éxito de este año le ha premiado con las campanadas. Debido a la baja sonada de Andreu Buenafuente y Silvia Abril, la mallorquina ha sido la sustituta elegida por el ente público.

Chenoa Instagram

Chenoa ha aprendido a levantarse sin hacer ruido, a recomponerse cuando nadie miraba y a seguir adelante incluso cuando el suelo parecía desaparecer bajo sus pies. Detrás de la mujer segura que hoy ocupa platós y escenarios hay una historia menos luminosa, marcada por una infancia difícil que nada tiene que ver con la imagen de fortaleza que proyecta ahora. Antes de convertirse en referente de resiliencia, fue una niña señalada, sola y vulnerable. Y ha decidido contarlo.

Chenoa denuncia el bullying que sufrió en su infancia 

El acoso escolar formó parte de su día a día desde muy pequeña. Su llegada a España desde Argentina no fue sencilla. El acento, esa seña de identidad que hoy reivindica con orgullo, se convirtió entonces en motivo de burla. Insultos repetidos, miradas que excluyen, palabras que hieren y que se clavan sin que nadie las vea. Chenoa ha recordado cómo aquellos ataques constantes la empujaron a un aislamiento silencioso. Mientras otros niños compartían risas en el comedor, ella comía a solas, sentada en unas escaleras, con un táper preparado en casa. Tenía solo ocho años y ya aprendía lo que era sentirse fuera.

Aquella experiencia no pasó sin dejar huella. La artista reconoce que ese rechazo temprano forjó en ella una especie de coraza. Una personalidad de superviviente, dura por fuera, frágil por dentro. La adolescencia fue la continuación de ese combate. Respondió al dolor con rebeldía: se rapó la cabeza, adoptó una estética rockera y repitió curso. Era su forma de decir basta, aunque nadie estuviera escuchando.

En medio de ese caos emocional, hubo un apoyo fundamental: su madre. No tenía las herramientas para gestionar lo que su hija estaba viviendo, pero estuvo. Y eso, para Chenoa, fue decisivo. Ha confesado que echó de menos la figura de un hermano que la acompañara en aquel proceso, aunque más tarde encontró en algunas amigas ese refugio que tanto necesitaba.

En estos momentos, cuando se muestra firme y segura ante las cámaras, cuesta imaginar a aquella niña que aprendió demasiado pronto a defenderse sola. Pero su fuerza nace precisamente de ahí. De haber sobrevivido al silencio, al rechazo y al miedo. Ahora, al compartir su historia, no solo se reconcilia con su pasado, sino que pone voz a una realidad que sigue presente. Y lo hace con la esperanza de que otros niños no tengan que atravesar el mismo camino en soledad.

chenoa xandall modified