Aunque Operación Triunfo sigue vivo en Prime Video, aquel estallido colectivo que marcó la primera edición ya es historia. De aquella cantera de aspirantes que paralizó al país, los nombres que continúan resonando con más fuerza son los de David Bisbal, Bustamante y Chenoa. Pero solo el almeriense ha conseguido mantener una carrera musical sólida durante más de dos décadas. Los otros dos han ido encontrando su espacio lejos de los escenarios, especialmente Chenoa, que hoy disfruta de uno de los momentos profesionales más brillantes de su trayectoria.

chenoa perruca Instagram

Convertida en un rostro imprescindible de la televisión, la artista se ha consolidado como jurado de Tu cara me suena, presentadora de OT y maestra de ceremonias en formatos que también han encontrado su público, como The Floor o Dog House. Es la figura del momento: versátil, solvente y querida por la audiencia. Sin embargo, tras ese presente luminoso se esconden sombras y heridas que no siempre está dispuesta a airear. A nivel sentimental, ha preferido mantener un silencio prudente sobre su fallido enlace y sobre los problemas familiares que arrastra desde hace años, incluido el preocupante estado de salud de su padre, recientemente afectado por un brote de sarna en la residencia donde vive.

Chenoa sabe lo que es levantarse después de caer. Lo ha hecho más de una vez. Y antes de convertirse en referente de fortaleza, vivió una infancia que dista mucho de la imagen segura que proyecta ahora. Durante su niñez fue víctima de acoso escolar, un episodio que marcó profundamente su carácter y del que ha decidido hablar para contribuir a visibilizar una problemática que, lejos de desaparecer, continúa golpeando a miles de menores. La muerte por suicidio de una niña hace apenas unas semanas volvió a poner la urgencia del tema sobre la mesa. Iniciativas como las de la Fundación Colacao han dado voz a figuras como Chenoa, que han decidido compartir sus experiencias para que otros niños no tengan que pasar por lo mismo.

Chenoa recibía insultos por parte de sus compañeros en el colegio 

La artista recuerda que, al llegar a España desde Argentina, su acento fue el primer blanco de ataques crueles. “Sudaca”, “panchita”, y otras palabras que no merecen repetirse se convirtieron en banda sonora cotidiana. Ella, que entonces apenas entendía por qué su forma de hablar podía molestar, intentaba adaptarse mientras la realidad escolar la empujaba a una soledad dolorosa. Con ocho años, mientras sus compañeros iban al comedor, ella almorzaba en unas escaleras con un tupper que su familia preparaba cada día. Aquella exclusión constante terminó moldeando “una personalidad de superviviente”, como reconoce.

La adolescencia no fue más sencilla. Su respuesta al hostigamiento fue un estallido de rebeldía: cabeza rapada, estética rockera, curso repetido. Aun así, Chenoa destaca el apoyo silencioso de su madre, que, aunque no contaba con herramientas emocionales para guiarla, sí le proporcionó un ancla cuando más lo necesitaba. Echa de menos haber tenido un hermano que la acompañara en aquel túnel, aunque terminó encontrando refugio en amigas que adoptaron ese rol protector que tanto necesitaba.

Hoy, cuando aparece en televisión con una seguridad abrumadora, pocos imaginan que tras esa determinación hay años de lucha, resiliencia y una niña que aprendió demasiado pronto a defenderse sola. Pero quizás sea precisamente eso lo que explica gran parte de su fuerza actual: sobrevivió a sus silencios y ahora, por fin, encuentra la manera de ponerles voz.

Chenoa gorra Antena 3