José Andrés no solo ha conquistado el mundo desde los fogones, también lo ha hecho desde su propio hogar. El chef asturiano, reconocido por su talento culinario y por su inagotable labor humanitaria, reside junto a su mujer y sus hijas en una impresionante casa de Washington D. C., valorada en más de dos millones de euros. Un refugio luminoso, elegante y funcional que refleja a la perfección su carácter: mitad chef, mitad soñador.

jose andres GTRES
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Construida en 2004 y reformada por el arquitecto David Jameson, la vivienda combina el diseño contemporáneo con la calidez mediterránea que el cocinero nunca ha dejado atrás. Su fachada, revestida en mármol travertino, se alza como una pieza escultórica en mitad de la capital estadounidense. Los grandes ventanales que rodean toda la estructura inundan los 552 metros cuadrados de luz natural, dando al conjunto una atmósfera abierta y optimista.

José Andrés vive en una casa de 552 metros cuadrados valorada en dos millones de euros 

La cocina, sin duda, es el corazón de la casa y el lugar donde José Andrés pasa la mayor parte de su tiempo cuando no está viajando con World Central Kitchen, su fundación solidaria. El espacio parece sacado de una película gastronómica: amplia, con una gran isla central de trabajo, fogones de gas, una campana vintage y estanterías repletas de especias y utensilios que delatan a un perfeccionista. Predominan los azulejos blancos, las encimeras de mármol y las plantas aromáticas que llenan el ambiente de frescura. Allí, entre ollas y hierbas, el chef prepara tanto sus platos más sofisticados como las recetas familiares que comparte en redes sociales.

La vivienda cuenta con dos plantas, cinco dormitorios y siete baños, además de un gran salón que combina mobiliario moderno con guiños personales. En sus redes, José Andrés ha mostrado alguna vez una butaca con otomana tapizada en verde lima, una pieza de diseño comprada en Milán junto al célebre Philippe Starck. Es solo un ejemplo del gusto por los objetos únicos que aportan color y personalidad a la casa.

En la planta superior, las habitaciones mantienen una línea sobria y relajada, pensadas para el descanso. La luz atraviesa los ventanales y se refleja sobre los tonos neutros de las paredes, mientras el parquet añade calidez. Una sala de juegos y una zona de estar completan el conjunto, haciendo de la casa un espacio familiar, cómodo y lleno de vida.

Más allá del lujo o el diseño, el hogar de José Andrés respira lo mismo que su cocina: pasión, energía y humanidad. Un lugar donde la creatividad no se apaga nunca, ni siquiera cuando se cierran los fogones.

xef José Andrés
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