Si decimos el nombre de Manuel González Savín seguramente la mayoría no tenga ni la más remota idea de quién hablamos. Pero si lo cambiamos por el nombre artístico de Cañita Brava, la cosa es bien diferente. El gallego ha sido una figura importante del humor en el Estado español desde los años 90, cuando apareció en el programa 'El Semáforo' del desaparecido Jordi Estadella. Su fórmula era la canción "original, mía de mí propío creación", y que incluso podía interpretar en inglés, chino o ruso. Daba igual, porque las letras eran bastante incomprensibles, absurdas. También las que cantaba en castellano. Pero el hombre hacía gracia por cómo se expresaba, por su posado frente a las cámaras, despertando cierta lástima como verdadero freak. Un freak con un público inmenso y muy solicitado, eso sí.
El hombre se ganó muy bien la vida durante una buena temporada. Asegura que ganaba "7 millones de pesetas" al año, un dineral para él en aquella época. Su popularidad hizo que Santiago Segura se fijara en él para interpretar un pequeño papel en la saga Torrente, haciendo de camarero que reclamaba, sin éxito, que el asqueroso detective le pagara las consumiciones atrasadas. "Me debes 6.000 pesetas de whisky" se convirtió en una de aquellas frases célebres de la época. Si el Cañita hubiera triunfando en la era de las redes sociales, no tengan ningún tipo de dudas que tendría un buen puñado de memes dedicados a sus intervenciones. Segura lo siguió llamando para hacer su cameo en las diferentes secuelas de la comedia policíaca. Ahora, décadas después de su época dorada, todo es muy diferente. Tiene 76 años, el teléfono ha dejado de sonar y su situación es desesperada.
El programa 'Sálvame' ha localizado al humorista en su Galicia natal, y el estado en el que se lo han encontrado es preocupante. Vive en la indigencia, con penurias importantes para llegar a final de mes o ni siquiera llenar la nevera. Los 400 euros mensuales que cobra de pensión son su único ingreso. 230 se van el primero de cada mes, cuando tiene que pagar la habitación del piso en el que convive con 5 personas más. Todo lo que había ganado se ha evaporado, es historia: "Llevo dos años por culpa de la epidemia que no se pudieron hacer muchos conciertos. Poco tengo, me dejó tocado. Gasté el dinero, tuve una mujer y la apoyaba porque ella estaba sin trabajo". Además, el hombre denuncia las jugarretas que le han hecho gente en la que confiaba y que tenía a su alrededor: "Los desconocidos me engañan".
Hax click en la imagen para oír la entrevista de 'Sálvame':
La intervención de Cañita ha servido para lanzar un S.O.S. a todos aquellos que lo han seguido, que lo estiman o que lo recuerdan con simpatía. Afortunadamente todavía hay gente que le ayuda a salir adelante porque "me ven muy agobiado". Pero con eso no es suficiente, los problemas vuelven a aparecer muy pronto. Por ello tiene un canal de Youtube en el que confía como salvavidas para mejorar ligeramente su situación económica. Actualmente tiene más de 6.000 suscriptores y sólo 5 vídeos disponibles, con una cantidad muy modesta de visualizaciones. Hay mucho trabajo todavía, pero el hombre no desfallece. Si algo ha demostrado siempre es un optimismo sorprendente y muy pocos temores. Si explicando su precaria existencia consigue activar una forma de ganarse la vida con dignidad, ¿por qué no intentarlo? La esperanza es siempre el último recurso.
La situación de Cañita Brava recuerda mucho a la de otros personajes televisivos que hicieron mucha gracia, pero que después pasaron al olvido y la marginalidad. Es la parte más oscura de la fama televisiva, el descenso a los infiernos. Juguetes rotos. Desde aquí ponemos nuestro pequeño grano de arena para ayudarle a remontar. Adelante, Manuel.