Semana horribilis para Camilo Blanes, el hijo del difunto cantante Camilo Sesto. Camilín tiene 39 años, pero su estado físico es tan deplorable que no lo parece. La espiral de autodestrucción está haciendo estragos, las adicciones también. Un problema que arrastra desde hace tiempo, pero que actualmente se manifiesta de manera escalofriante. Demacrado, estrambótico, consumido, extraño... un ecce homo. Y lo peor de todo: o no es consciente de lo que proyecta o pasa de todo. Solo así podemos comprender las fotografías compartidas por el protagonista el pasado fin de semana con un aspecto deplorable: las borró, pero ya había hecho saltar las alarmas. Sustituía el material por una imagen todavía más dura y un mensaje desafiante contra su madre Lourdes Ornelas y contra todos aquellos impactados con el cuadro.

Una fotografía que también ha acabado desapareciendo de su cuenta pública, pero que aquellos que la han visto no pueden olvidar. Lleva una peluca negra muy despeinada, cutre, da miedo. Se ve que se pasea de esta manera por la mansión heredada de su padre artista, que según algunas fuentes es lo más parecido a "un campamento indio" y un lugar dónde entran y salen sustancias estupefacientes con aquella alegría. Pero de alegría, nada. La situación es dantesca y recuerda el famoso anuncio de la FAD: "Esto es lo que él cree que está pasando... y esto es lo que realmente está pasando".

Camilín Blanes cono una marca en el brazo Instagram
Camilín Blanes / Instagram
Camilo Blanes foto dedo sean Instagram
Camilo Blanes / Instagram

Camilín en la puerta de casa con un aspecto aterrador, peor que nunca por las adicciones

Los esfuerzos de la madre Lourdes por salvar a su hijo de la espiral destructiva son infructuosos. Tampoco funcionan los carteles pegados en la puerta de casa: mensajes dirigidos a los camellos de Camilín, que hacen su agosto y lo dejan más cerca del desastre y la tragedia. No son los únicos que visitan el domicilio estos días, no. Parece que en un ramalazo de lucidez ha decidido poner un poco de orden en el interior de la finca: ha contratado a unos jardineros para dejar plantas, árboles y flores en perfecto estado de revista. El problema es que este juicio ha durado poco: los profesionales contratados habrán alucinado al encontrarse con el cliente cara a cara.

Camilín peluca Europa Press
Camilín en su casa / Europa Press

Camilo Blanes no quiere ayudas ni consejos, pasa de su madre Lourdes Ornelas

La misma peluca hecha polvo, la mirada perdida, gestos extraños, vestuario psicodélico y ajustadísimo... Camilo Blanes sigue a su rollo. La conversación, captada por Europa Press, parece más o menos normal, siempre que consideres que el aspecto del protagonista no sea estrafalario y decadente. Se está quedando solo, o cuando menos rodeado de aquellos que no lo cuestionan. Incluso su madre, devastada, está lanzando la toalla. Su hijo es un adulto que no quiere que nadie lo tutele ni que le ayude, y todavía menos que intente abrirle los ojos a su situación dramática y descontrolada. El túnel es muy largo y oscuro: si saldrá de él es una incógnita. Pinta mal, la verdad.

CAMILÍN AMB SU MADRE HACE MESES:

Camilo Blanes y Lourdes Ornelas casa familiar GTRES
Camilo Blanes y su madre Lourdes Ornelas / GTRES

CAMILÍN ACTUALMENTE:

Camilín peluca nariz Europa Press
Camilín / Europa Press

Camilín acumula fracasos, decepciones y penas. Ojalá que esta etapa no sea la definitiva.