El Barça femenino despierta pasiones por todo el mundo. No son sólo las y los culés, ni mucho menos. Excepto casos contados y de haters antibarcelonistas de siempre, estos obsesionados con su distorsionada y agria realidad, todo el planeta fútbol sabe que en Catalunya hay una referencia indiscutible. Un equipo que todos quieren ver y admirar, dónde juega la mejor del mundo Alexia Putellas, que ha enganchado al público hasta batir récords mundiales de asistencia. La cosa llega tan lejos que hace que la Roma, su rival de anoche en cuartos de la Champions, destrozara también sus registros de afluencia. No es nada casual que la marca haya llegado con las azulgranas como rival.

Un partido extraño el de anoche; parece que si jugaran 10 más como el del Olímpico de Roma, 8 acabarían con goleadas salvajes por parte de las culés. Aitana Bonmatí, Mapi, Hansen, Paredes y compañía dominaron tres cuartas parte del tiempo de juego, desaprovecharon ocasiones sin parar y finalmente tuvieron que sudar tinta para defender el único gol de Salma Paraluello en la primera parte. Sufriendo como descosidas con una Sandra Paños excelsa. Pero ganando, sí, el objetivo principal para seguir soñando con otro título europeo y agrandar la leyenda. La del césped y la de fuera de los terrenos de juego.

Bruna Vilamala no olvida su grave lesión ni a aquellos que la animaron

Cuando el partido entraba en tiempo de descuento, el entrenador Jonatan Giráldez hacía dos cambios. Entraban en el campo Marta Torrejón y Bruna Vilamala. Una presencia testimonial, sí, pero necesaria para acabar de matar el duelo. La entrada supo a gloria a Vilamala, la joven joya de 20 años surgida del plantel y que ha pasado un calvario por una grave lesión. Pasó más de un año fuera de combate, triste y ansiosa por volver. El pasado mes de noviembre competía de nuevo tras 13 meses, y aunque hubiera deseado más minutos los pocos que disfrutó sirvieron de mucho. Un premio, no olvida que lo pasó mal. Eso sí: nunca le ha faltado el ánimo de compañeras, entorno y aficionados. Una de ellas es pequeña y comparte nombre, Bru. Nunca dejó de animarla y de enviarle todo el apoyo. Y la Bruna futbolista lo percibía y valoraba.

Parda|Pardusca Vilamala aplaude @brunavilamala
Bruna Vilamala aplaudiendo / @brunavilamala
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Bruna Vilamala regalando una camiseta del Barça a su fan Bru / Twitter

El gesto precioso de Bruna Vilamala con su fan más grande... y más pequeña

Precisamente para devolverle todo este afecto la jugadora culé tuvo un gesto que hace llorar de emoción cuando bajaban del autocar, seguramente antes de ir con la expedición hacia Roma. Le regaló una camiseta oficial firmada por toda la plantilla, la niña se quedó de piedra. La expresión de la felicidad pura. Faltaba, eso sí, el autógrafo más importante, la de Vilamala. Le plantó la dedicatoria con la niña levitando dos palmos del suelo, tanto que la delantera de Borgonyà la tuvo que devolver a tierra con un abrazo que funde la red. Aquí el vídeo:

Parda|Pardusca Vilamala camiseta niña Barça abrazo Twitter
Bruna Vilamala abraza a su fan número 1 / Twitter

Por estas cosas también son las números 1. Las Brunas, cracks con mayúsculas.