"Bertín Osborne abriendo la boca para decir alguna estupidez". Tanto da cuando leáis esto. Cada día sirve. El autor del disco con el título más lamentable de la historia, Yo debí enamorarme de tu madre, ha vuelto a dejar muestras de su hombría y ha demostrado que llevar los pantalones tan apretados hacia arriba le estruja demasiado la entrepierna para pensar con claridad. Ahora, el anfitrión por excelencia de Telecinco ha vuelto a mear fuera de tiesto diciendo una de aquellas sentencias marca de la casa que provocan vergüenza ajena e ira a partes iguales. Qué alguien le saque el micrófono de la boca, o que lo utilice sólo para cantar, que nos hará un favor a todos juntos.

EuropaPress 2045848 Santiago Abascal y Bertín Osborne en Mí casa se la tuya

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Asesinatos machistas como si fueran el pan nuestro de cada día, brechas salariales con evidentes discriminaciones entre los hombres y las mujeres, cifras de mujeres violadas y/o acosadas sexualmente que no hacen más que aumentar y un largo etcétera. Parece mentira, pero todavía hay hombres a quienes se les tiene que ir recordando eso constantemente. Osborne parece que no lo tiene demasiado claro, a juzgar por unas declaraciones para el diario El País hablando de las mujeres españolas. El cantante asegura que desconoce "qué derechos les faltan a las mujeres" e invita a las asociaciones feministas a que "se vayan a Kuwait o a Iran donde lapidan a las mujeres y les hacen ir con una especie de saco que parecen el sacamantecas. En España se han conquistado todos los derechos para las mujeres que se debían conquistar y si queda alguno será uno que no conozco". A esta reencarnación del toro de Osborne le parece "fantástico que haya movimientos feministas donde tiene que haberlos. ¡Que se vayan a Turquía o África!", a la vez que tiene claro que "España no necesita un movimiento feminista como el agua en mayo". Lo que le ha llovido ha sido una avalancha de dedicatorias, empezando por Gabriel Rufián:

Osborne también ha tenido tiempo de definir su ideología política, defendiéndose de las etiquetas que lo tildan de derechoso: "Yo he votado desde Suárez, hasta Ciudadanos, pasando por Rosa Diéz. En el siglo XXI, esto de ser de derechas o de izquierdas es una gilipollez". Lo que es una gilipollez es oír hablar a según quien.