En una escena digna de un final de temporada de una serie dramática, Belén Esteban y María Patiño protagonizaron un escándalo monumental en los pasillos de Radiotelevisión Española, donde los gritos se oían más allá de las puertas cerradas. Según reveló Diego Arrabal en su canal de YouTube, la situación fue tan tensa que varios trabajadores se vieron obligados a intervenir, sin éxito, para frenar lo que ya era una guerra declarada.
La bronca, descrita como un “brutal enfrentamiento”, ha dejado helado a todo el equipo de producción, ya de por sí al borde del colapso por la pobre audiencia del programa. Aunque el formato remontó unas escuetas cinco décimas, alcanzando apenas un 6,4% de share, el drama tras bambalinas está siendo mucho más intenso que el contenido que se emite en pantalla. Los nervios están a flor de piel y la bomba ha terminado por estallar.
La sombra de 'Sálvame' divide a la plantilla de colaboradores
La tensión acumulada no es solo entre Patiño y Esteban, sino que se extiende a todo el grupo. Fuentes internas aseguran que el equipo está fracturado en dos bloques irreconciliables: por un lado, los rostros históricos de ‘Sálvame’, que se consideran los verdaderos artífices del programa; por otro, los nuevos colaboradores, que se sienten ninguneados y cargan con la responsabilidad de una audiencia que no responde. En este clima insostenible, las reuniones de escaleta se han convertido en meros trámites, sin espacio para el diálogo ni la planificación real. "El ambiente se puede cortar con cuchillo", comentan fuentes internas. Los desencuentros entre compañeros son constantes, y el reciente cara a cara entre María y Belén no ha sido más que la gota que ha colmado el vaso.
Una ruptura definitiva que podría costar muy cara
Aunque no es la primera vez que Belén y María chocan, lo vivido en RTVE parece haber alcanzado un nuevo nivel. Según testigos, la discusión incluyó reproches personales, acusaciones de traición y hasta amenazas de abandono en directo. Mientras Patiño intenta mantenerse firme y profesional, Esteban estaría valorando seriamente abandonar el proyecto. “Me voy, me voy, estoy mala y me voy”, habría repetido la de San Blas, visiblemente afectada, según filtró una fuente cercana al equipo.
Este duelo de divas podría significar el principio del fin para el programa, que necesita desesperadamente una remontada milagrosa para no ser fulminado de la parrilla. La tensión que se respira en el plató traspasa la pantalla, y eso se nota. El público lo percibe, lo siente… y cambia de canal. La energía negativa se ha convertido en el principal enemigo de una producción que naufraga sin timón.
Mientras los ejecutivos de RTVE buscan fórmulas desesperadas para revivir un proyecto moribundo, en los camerinos reina el silencio o, peor aún, las miradas cargadas de rencor. Nadie habla claro. Nadie sabe qué pasará mañana. Belén Esteban y María Patiño, antaño compañeras inseparables, hoy son enemigas declaradas, y eso ha dejado KO no solo a su relación, sino a toda una estructura televisiva que se tambalea.