Durante más de una década, Belén Esteban fue sinónimo de éxito televisivo. Su presencia en Mediaset, especialmente en programas como Sálvame, la consolidó como una de las figuras más queridas —y polémicas— de la televisión española. Sin embargo, el abrupto final del programa y el aparente veto impuesto por Telecinco a sus antiguos colaboradores han desencadenado una crisis personal que hoy tiene en vilo a su entorno más íntimo, especialmente a su hija Andrea Janeiro y a su esposo, Miguel Marcos. 

Aunque actualmente forma parte del elenco de La familia de la tele en RTVE, el nuevo formato no ha logrado replicar el impacto de sus anteriores proyectos. Según reportes recientes, el programa ha sufrido una caída estrepitosa en audiencia, alcanzando apenas un 6,7% de share.  

Belén Esteban / GTRES
Belén Esteban / Gtres

Este revés ha afectado profundamente a Belén, quien, lejos de su habitual fortaleza mediática, se encuentra muy alterada. Fuentes cercanas aseguran que ha solicitado abandonar el programa en varias ocasiones y que su estado emocional podría llevarla a pedir una baja médica. 

La situación de Belén Esteban 

La tensión se hizo aún más evidente durante el concierto de Lola Índigo en Madrid, donde Belén protagonizó un momento incómodo al estallar contra las cámaras de Socialité, programa de Telecinco que decidió no grabarla durante su posado. “¿Dónde están mis compañeros de Socialité? ¿Hemos matado a alguien?”, exclamó visiblemente molesta. “Hemos dado 14 años de nuestra vida, qué injusto”, añadió, denunciando lo que considera un trato desleal por parte de la cadena que tanto se benefició de su imagen. 

Este episodio no solo refleja el deterioro de su relación con Mediaset, sino también el impacto emocional que esta exclusión ha tenido en su autoestima. Para alguien acostumbrada a estar en el centro del foco mediático, el silencio de las cámaras se siente como un castigo. 

Preocupación por Belén Esteban 

En casa, la situación no es menos delicada. Andrea Janeiro, siempre reacia a la exposición pública, observa con preocupación el declive emocional de su madre. Miguel Marcos, su esposo y principal apoyo, intenta contener una situación que amenaza con desbordarse. Ambos son conscientes de que esta crisis va más allá de lo profesional: es una herida profunda en la identidad de una mujer que construyó su vida frente a las cámaras. 

Belén Esteban y Andrea Janeiro / GTRES
Belén Esteban y Andrea Janeiro / Gtres

El futuro de Belén Esteban es incierto. Lo que parecía ser una nueva etapa prometedora en RTVE se ha convertido en una pesadilla emocional. Y mientras el público se pregunta si la “princesa del pueblo” ha llegado al ocaso de su carrera, su entorno más cercano lucha por sostenerla en uno de los momentos más frágiles de su vida. La televisión, que un día la encumbró, hoy parece darle la espalda. Y eso, para Belén, duele más que cualquier dato de audiencia.