Antonio Banderas cumplió 65 años en agosto. Una edad que, durante décadas, marcaba el final de la vida laboral. Pero él no piensa detenerse. Ni quiere. Ni lo contempla. Lo dejó claro en una entrevista: no está preparado para jubilarse.

Lo dijo con naturalidad. Con humor. Con perspectiva. “A mis 20 años pensaba que los de 65 iban con bastón”. Una frase que resume cómo han cambiado los tiempos. Y cómo ha cambiado él. Para Banderas, la energía sigue intacta. El impulso creativo también.

Antonio Banderas
Antonio Banderas

Antonio Banderas no quiere escuchar la palabra ‘jubilación’

En esa conversación, publicada por El País, insistía: “Antes, con 65 años uno se jubilaba. Ahora no, es más tarde”. El actor siente que todavía tiene proyectos que explorar. Retos que asumir. Mundos que descubrir.

A pesar de haber sufrido un infarto en 2017, el actor y director no se considera limitado. Lo reconoce sin dramatismos. “A lo mejor estoy haciendo cosas que no debería”, confesó. Pero enseguida añadió que los médicos le han dado tranquilidad. Le han asegurado que está bien. Que puede seguir. Que lo haga si quiere.

Y él quiere. Mucho. Tanto que, lejos de frenar, ha decidido aprender cosas nuevas. Tomar caminos inesperados. Hace poco empezó clases de música. Se ha comprado un piano. Y lo disfruta. Le emociona. “Soy de esos que, si se paran, se mueren”, dijo Banderas. Una declaración de principios. Una forma de vivir.

Le encanta lo que hace y no piensa dejarlo

Banderas trabaja en lo que le apasiona. “Ha sido la suerte de mi vida”, resume. La actuación. La dirección. La creación. Desde principios de los años 80, cuando dio sus primeros pasos, hasta hoy, no ha dejado de crecer.

Antonio Banderas
Antonio Banderas

Además, sigue al frente del teatro que inauguró en 2019 en Málaga, su ciudad natal. Un proyecto personal. Un sueño cumplido. Un hogar cultural.

Este verano ha rodado en Boston la biografía de Anthony Bourdain, titulada Tony. Después se trasladó a Canarias para participar en un thriller, Above and Below.

A los 65, Banderas no piensa en retirarse. Piensa en seguir viviendo. En seguir creando. En seguir moviéndose. Porque, para él, la jubilación no es una edad. Es una actitud. Y todavía no ha llegado ese momento.