La riqueza en España está anclada en la herencia, no en la innovación. Así lo afirmó Andrés Rodríguez, director de Forbes España, durante su intervención en el pódcast ‘Ac2ality’. Con frases tan punzantes como “en este país tenemos unos millonarios muy poco tecnológicos”, el editor no solo desnudó la realidad de la riqueza en el territorio nacional, sino que también dejó caer dardos envenenados contra la mentalidad empresarial española.

Entre confesiones personales y reflexiones filosóficas sobre el dinero, Rodríguez retrató a la perfección un ecosistema en el que el poder, la fortuna y la falta de modernidad caminan de la mano. Y lo hizo con la contundencia de quien asegura recibir “presiones todos los días” para alterar la famosa lista de millonarios publicada por Forbes.

Andrés Rodríguez, director de Forbes España, en el pódcast ‘Ac2ality’
Andrés Rodríguez, director de Forbes España, en el pódcast ‘Ac2ality’

Los millonarios españoles: fortunas viejas y nada digitales

Durante su participación en el podcast, Andrés Rodríguez ha puesto el foco en la composición estructural de la alta riqueza nacional, contrastándola con los modelos de generación de capital en los hubs tecnológicos globales. Rodríguez fue categórico al señalar que el capital en España está impulsado primariamente por el patrimonio consolidado (herencia), y no por la innovación disruptiva. 

Según sus declaraciones, el modelo español contrasta agudamente con el paradigma de Silicon Valley, donde la creación de capital exponencial se origina en el desarrollo tecnológico y el capital de riesgo (VC), impulsando a fundadores de startups como Meta, Amazon, Google y Microsoft a la cúspide de la riqueza global. Sin embargo, en España, las grandes fortunas siguen concentradas en activos tangibles de baja innovación: bienes inmuebles (ladrillo), propiedad agraria y logística tradicional. Rodríguez lamentó que "La mayoría son  heredadas de varias generaciones. Nosotros tenemos un tejido de millonarios muy poco tecnológico. Esta realidad demuestra una ausencia crítica de emprendimientos disruptivos capaces de generar valor comparable al de las grandes empresas mundiales.

Aunque figuras históricas como Amancio Ortega y Juan Roig fueron disruptores de modelos de negocio en su momento, el panorama actual revela una brecha generacional preocupante y una ralentización en la aparición de unicornios de base tecnológica. Estas declaraciones solo evidencia la baja digitalización del networth de la élite, sino que también subraya una aversión al riesgo y una mentalidad empresarial conservadora en el ecosistema nacional.

Andrés Rodríguez, director de Forbes España
Andrés Rodríguez, director de Forbes España

El retrato incómodo de la riqueza en España

El director de Forbes España no se quedó corto: lanzó un mensaje incómodo al afirmar que el país necesita “cinco Amancio Ortegas y diez Juan Roig más, evidenciando la falta de referentes modernos que apuesten por la innovación. Mientras tanto, la élite económica parece más preocupada en mantener su invisibilidad que en arriesgarse a transformar el modelo productivo.

Lo dicho por Andrés Rodríguez no solo incomoda a los millonarios, también golpea la conciencia colectiva. Con su ya famoso comentario sobre el ahorro —“ser español es ahorrar, comprar una casa, ahorrar y volver a comprar una casa”— dibujó una radiografía cruda de un país cuya cultura empresarial asocia el éxito más con la astucia o el "ser un pillo" que con el mérito o la innovación genuina.

En definitiva, el episodio de ‘Ac2ality’ no fue una entrevista más, sino un espejo deformante de la riqueza en España. Rodríguez lo dejó claro: las grandes fortunas actuales se mueven en círculos cerrados, dependientes de sectores tradicionales y con una resistencia férrea a la disrupción tecnológica. El resultado es un ecosistema millonario conservador, reacio al cambio y muy diferente al modelo de los gigantes tecnológicos internacionales.