Anabel Pantoja es una de las pocas colaboradoras de Sálvame que permanecen en Telecinco después de que Mediaset haya apostado por cortar toda relación con La Fábrica de la Tele, la productora responsable del formato. Cabe decir que ella se desvinculó del programa un tiempo antes de que lo hicieran desaparecer, ya que no acababa de sentirse cómoda y prefería centrarse en su faceta de 'influencer'. Y no le va nada mal, ya que solo en Instagram acumula casi dos millones de seguidores. Conviene destacar, también, que tampoco ha desaparecido de la televisión del todo y todavía hoy día se deja ver como una de las tertulianas del debate de la edición de Gran Hermano VIP que está en emisión. La única de la estirpe Pantoja, más allá de su prima Isa, que ha conseguido mantenerse en activo en los medios de comunicación. Quién se lo iba a decir en el 2011 cuando, inocente, solo pretendía ser defensora de Kiko Rivera mientras él sufría calamidades en Supervivientes.
Y es que Anabel, aunque le haya servido de catapulta para convertirse en personaje, ya no necesita su apellido para demostrar nada a nadie. La gente quiere saber de ella y es por eso que mantiene a todo el mundo actualizado de qué hace y deja de hacer en las redes sociales. Sus viajes, los eventos a los que la invitan, sus cambios de 'look' y, partiendo de la otra cara de la moneda, sus desgracias.
La más reciente de las desventuras de la sobrinísima tuvo lugar el pasado lunes 11 de septiembre, cuando dejaba a todo el mundo en 'shock' con las complicaciones de salud que estaba experimentando de manera abrupta. A través de sus 'stories', compartía que "pasé mala noche, con vómitos y fatiga. Luego vino *emoticono de defecación* muy suelta". Ya ven que no se corta un pelo aunque el asunto sea escatológico, pero es que la sevillana estaba verdaderamente angustiada. "Me da miedo hasta beber agua, menuda manera de empezar la semana", admitía. Eso y que, citamos textualmente, parecía "esta mañana era la niña del exorcista por arriba y por abajo". La cosa no mejoró y tuvo que ingresar en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba de urgencia, donde le pincharon una "vía con medicamentos y suero". Una imagen en la litera del centro médico con la que aprovechaba para agradecer el trato recibido: "Las chicas que me atendieron, y principalmente la enfermera, han sido maravillosas conmigo". Humildad ante todo.
Horas más tarde, más tranquila y ya en casa, la televisiva ha aclarado que todo ha quedado en un susto y que se encuentra "muy bien" después de pasar por uno de los peores días de su vida. "Me estoy recuperando hoy. Menos mal que fui al médico ayer porque es que no podía salir del váter ni por arriba ni por abajo, no paraba y lo pasé bastante mal". La verdad es que la explicación es gráfica y no deja demasiado a la imaginación. En el mismo vídeo, reiteraba también su agradecimiento por el alud de apoyo de sus fans y las personas de su entorno. "Estoy bien, de verdad, no me estoy muriendo. Estoy intentando responder a todos los mensajes que me habéis escrito. Muchísimas gracias de verdad, tanto a la gente de Instagram como de WhatsApp, a mis amigos. Os quiero muchísimo".
Pobre. Nos alegramos de que se encuentre mejor y que se esté reponiendo poco a poco. Tiene razón. No es manera de empezar la semana.