Anabel Pantoja hace días que aparece en las páginas azules de EN Blau por sus últimas interacciones con el catalán y Catalunya. Unas semanas atrás se grababa paseando por Tremp, municipio el cual no sabía pronunciar, y por eso decía: "El pueblo se llama Trent, pero no es un tren. Ten. Tem. Es como si estuviera en Ocho apellidos catalanes" A la sobrina de la artista le hacía gracia Catalunya y pasearse por el pueblo de Tremp, que, a pesar de no saber pronunciar correctamente el municipio, tenía gracia para resolverlo. Unos días más tarde, volvíamos a mencionarla por su vídeo probando la gamba de Palamós, dónde la veíamos sorbiendo la cabeza del crustáceo y pidiendo directamente a Alba Paúl y Dulceia que la invitaran a la Costa Brava, la zona preferida para veranear del matrimonio influencer. Esoas eran los dos últimos momentos de Anabel donde mencionaba Catalunya:

 

Después de enviarles un mensaje, Anabel Pantoja ya tenía cita para irse a la Costa Brava a atiborrarse de gambas de Palamós. La televisiva también tiene un gran papel como influencer y forma parte de la agencia de representación de influencers IN Managment, una empresa de Dulceida que cada año reúne a todos los influencers de la agencia para pasar unos días en una masía de la Costa Brava, en la famosa Casa IN. La reunión de influencers empezó ayer, pero Anabel Pantoja justamente estaba celebrando su cumpleaños y hasta hoy por la tarde no se ha podido marchar de Canarias. Justamente hoy ha cogido un vuelo de Gran Canaria en Barcelona con su hija Alma, un bebé que no tiene ni un año de vida. Madre e hija volaban hasta la capital catalana para después irse hasta la Costa Brava en coche, un viaje pesado que no ha acabado de ir del todo bien. Atentos.

Anabel Pantoja bocadillo Instagram
Anabel Pantoja, antes de volar, publicando que se comía un bocadillo de Enrique Tomás / Instagram
Anabel Pantoja lágrimas Instagram
Las lágrimas de rabia de Anabel Pantoja al llegar a Barcelona / Instagram

Antes de volar, Anabel Pantoja pagaba diez euros por un bocadillo de la marca de jamón de Enrique Tomás, hasta aquí todo bien, sin embargo, una vez llegaba a Barcelona empezaban las malas noticias, le habían perdido la maleta. Anabel Pantoja se grababa llorando desesperada por la situación y etiquetaba en grande a la aerolínea. Entre lágrimas explotaba y decía: "Me parece tan fuerte lo de Vueling, me parece tan fuerte que me arruine, bueno, a mí no, a treinta personas, que arruinen sus planes y su vida... Que me monte en Gran Canaria en un vuelo con mi hija para pasar unos días en la Casa IN y yo llegue a Barcelona y me digan que no tengo maletas, que las maletas no saben donde están. Ni yo, ni treinta familias, y nos dicen que ya nos llamaran, ¿y qué me tengo que ir, a dos horas en coche, sin nada? Sin ropa para mi hija, sin ropa para mí, sin las cosas de ella, es que sois unos incompetentes de mierda" Este es el vídeo donde la podemos ver bien enfadada y frustrada:

Anabel Pantoja ya se imaginaba en la playa tomando el sol y cenando unas gambas de Palamós a la plancha mientras practicaba su catalán y las cuatro palabras que recuerda: Tremp, collons, Palamós y Aida Domènech. Lástima de este percance pesado y molesto que siempre agota y tortura a cualquier pasajero. Al final el problema fue que las maletas no se pudieron cargar en las Canarias en el vuelo de Anabel y se cargaron en el siguiente vuelo que llegó a Barcelona al cabo de 3 horas. Maletas recuperadas, con retraso, y felices vacaciones.