Sin duda, la noticia más dura de esta semana han sido los devastadores terremotos que se han producido en Turquía y Siria, dejando un balance aterrador, a expensas de que continúen las tareas de rescate, de más de 22.700 víctimas y 82.000 heridos. Una tragedia que golpeó a los dos países y provocó un nudo en la garganta en todo el mundo al ver las imágenes de desolación. Este viernes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reconocido que la respuesta a los terremotos "no fue tan rápida como habría deseado", justificándolo en los daños de los accesos, el mal tiempo y las bajas temperaturas y el hecho de que mucha gente quisiera huir, con razón, de la zona. El programa de Ana Rosa, como todo el resto, también se ha hecho eco todos estos días de todo lo que ha pasado y de los días posteriores.

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'El programa de Ana Rosa' / Telecinco

La presentadora del matinal de Telecinco no es la primera vez que hace poner los ojos como platos en la audiencia con sus comentarios, sin embargo, hablando de esta cuestión, ha generado corrientes de estupor e incredulidad por unas palabras sobre las tareas de rescate. Este jueves, la periodista estaba haciendo un análisis sobre los equipos de rescate que están trabajando sin descanso estos días con el fin de tratar de encontrar supervivientes de la tragedia a los cuales puedan rescatar con vida. Concretamente, Quintana ha dado su peculiar punto de vista sobre cómo estos equipos de rescate pueden saber si las personas que hay bajo los escombros están vivas o muertas. Explica Ana a Rosa: "Primero van los que buscan vida, con los perros. ¿Cómo distingues si hay una persona que se ha desmayado o que está inconsciente de una persona que ha fallecido? Pues por el aliento, el aliento es distinto de una persona viva".

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Ana Rosa Quintana / Telecinco

Ha sido oírle decir eso y empezar una avalancha de comentarios en la red por parte de espectadores que no daban crédito. Enseguida, manos a la cabeza, aunque menos, ya que muchos ya están acostumbrados a los comentarios de calidad, marca de la casa. Una Ana Rosa Quintana a quien han dejado a la altura del betún:

No hay que añadir nada más.