El sector del taxi se la tiene jurada a Ana Rosa Quintana. La guerra abierta entre la periodista y los taxistas, desde que en enero estalló la huelga indefinida en Barcelona y Madrid, no ha hecho más que escalar día tras día. Mientras la periodista acusa a Tito Álvarez, el portavoz de los taxistas de Barcelona, de conducir sin licencia y ser miembro de los Boixos Nois, él la tilda de plagiadora y la señala por formar parte de una "trama" corrupta.

Tito Alvarez tase EFE

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La huelga ha acabado en Catalunya después del acuerdo con la Generalitat. En Madrid, los taxistas han desconvocado sin ningún acuerdo sobre las VTC. Pero la tensión entre Ana Rosa y el sector del taxi sigue siendo tan fuerte que se puede palpar en el ambiente y la periodista ha hecho volar los cuchillos con uno de los portavoces de Madrid, José Miguel Fúnez, durante su última conexión en directo para comunicar el final de la huelga.

Ana Rosa empieza fuerte. Tiene ganas de pelea y hace una advertencia: "No me hagas otro discurso político. Vamos a hablar del taxi". Con tono amenazador, la presentadora apunta que no hablará de nada que salga de sus esquemas. Ya sabe cómo se las gastan los taxistas y no quiere salir escaldada de otra disputa. El portavoz madrileño matiza que, si no se detienen a hablar de otros temas es porque Ana Rosa ya se pasa el día con la matraca política: "Los programas de televisión están bastante cargados con el tema de Venezuela y otras cosas".

Pero es superior a sus fuerzas. Ana Rosa necesita polemizar y no tarda ni un segundo en saltar: "¿Te parece mal Venezuela?". El taxista dice que España ya tiene bastantes problemas. Tan españolista que es Ana Rosa y ahora sólo quiere hablar de Nicolás Maduro: "Sale más internacional que nacional y hay que solucionar primero lo de nuestro país". Pero es obvio que la presentadora no puede estar más en desacuerdo y se muestra furiosa: “A mí que me digas lo que tengo que hablar o no tengo que hablar en mi tertulia ya me parece un poquito fuerte”.

ana rocía amarillo portada

Mediaset

La conversación no va mucho más allá. El portavoz del taxi pide disculpas a los ciudadanos perjudicados por los días de huelga pero Ana Rosa lo corta. No le queda tiempo para seguir escuchándolo (y tampoco es que tenga demasiadas ganas, no nos engañamos): "Quedan 30 segundos, un besito, ¡gracias!". Y no le dice directamente que se calle porque queda feo.