La presentadora del matinal de Telecinco, Ana Rosa Quintana, sabe lo que quiere su audiencia y se lo da. Si no habla de la pandemia del coronavirus, los muertos y la mala gestión del Gobierno de Pedro Sánchez, carga contra los catalanes, la independencia y los presos políticos. Y esto último es lo que ha hecho durante la mañana del martes 1 de diciembre, para empezar el mes por todo lo alto y dar una pequeña tregua al virus, que sigue azotando con mucha fuerza y solamente en Madrid, en las últimas 24 horas, se han registrado casi 300 nuevos casos.

Ana Rosa Quintana, Telecinco

Ana Rosa Quintana, Telecinco

El caso es que Quintana, durante su mesa política, ha sacado el tema de la independencia de Cataluña, aprovechando en su plató la presencia de Esther Palomera, tertuliana de su programa y quien tiene una ideología completamente opuesta a la suya. "¿Tiene sentido que los presos del procés sigan en la cárcel pasados tres años? Desde mi punto de vista no. No tiene ningún sentido". Unas palabras que han irritado a más no poder a Ana Rosa Quintana, quien, más dura que nunca, no ha dudado en decir lo siguiente: "El independentismo ha fracasado. No existe la independencia y hay montones de empresas que se han ido de Cataluña".

Esther Palomera, Telecinco

Esther Palomera, Telecinco

Ana Rosa Quintana, Telecinco

Ana Rosa Quintana, Telecinco

Una serie de ataques seguidos hacia los catalanes que Ana Rosa ha terminado de rematar diciendo lo siguiente: "En Cataluña se ha creado un mito del independentismo que no existe. Puigdemont sigue fuera y no puede entrar, y muchos de ellos siguen en la prisión. No hay independencia y es algo que a la gente se le olvida de vez en cuando". Unas fuertes palabras que pronuncia en vísperas de Navidad, sabiendo que Dolors Bassa, Carme Forcadell, Jordi Cuixart, Jordi Sànchez, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn i Raül Romeva, a diferencia de ella, no podrán pasar la Navidad con sus seres queridos de quienes llevan tres años separados. ¿Vale todo por la audiencia? Eso sí, de los escándalos de su marido Juan Muñoz, ni pío.