El comienzo de semana de Ana Rosa Quintana ha sido de traca. La entrevista-masaje a Isabel Díaz Ayuso, callando, de paso, sobre el juicio de su marido, ya provocaba vergüenza ajena por sí sola. Faltaba la guinda del pastel.

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Cuando AR se pone a dar lecciones de vida, da más miedo que un empacho de libros de Paulo Coelho. Cuando se pone a hacer sentencias lapidarias, ponte a temblar. Pero Quintana tendría que ir con una pizca más de cuidado del habitual cuando hable de temas tan serios como el coronavirus. Para criticar el estado de alarma prolongado del gobierno Sánchez, Ana Rosa ha comparado la covid-19 con el VIH: "¿Cuántos años lleva el SIDA? ¿Diez años? Todavía no hay vacuna y hemos aprendido a vivir con él. Del coronavirus no hay tratamiento viral ni vacuna. Tú no puedes alargar esto eternamente así que tendremos que hacerlo de forma inteligente para protegernos".

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A pesar de los intentos de justificarse comparándose con la OMS...

...la reacción de los espectadores destrozándola por estas palabras no se ha hecho esperar:

Un esperpento. Probablemente quedan todavía muchos días por anticipado y muchas dudas a resolver sobre el coronavirus... Imaginen la de sandeces que puede soltar todavía.