El verano de Ana Obregón está siendo devastador. Es el primero sin su hijo Álex, fallecido por el cáncer el pasado 13 de mayo. La tragedia golpea a la actriz desde hace casi cien días, y digerirla está resultando una misión extremadamente difícil. Lo recuerda cada minuto a cada paso. No tiene descanso ni tregua, y las muestras de dolor y nostalgia son muy habituales en las redes de la madre. El vacío es imposible de llenar.
Retirada en Palma donde pasa estos meses veraniegos, la presencia de Lequio no ha desaparecido, y no puede evitar añorarlo. Ni llorar. Lo expresa en una nueva publicación en Instagram, con una foto con los padres de Ana y el propio Álex: "llevo horas mirando esta foto entre lágrimas desde mi retiro. Es una foto que jamás se repetirá y duele indescriptiblemente". Recuerda las palabras del joven, que le mantenía la moral alta: "lo más importante de esta vida y lo único que al final de tus días te llevas son el tiempo y el amor que dedicas a las personas que quieres". Una declaración de amor en toda regla.
Los días pasan y la oscuridad no desaparece, a pesar del sol del verano. Sólo lo alivian "los infinitos momentos de amor que mi hijo me regaló y su lección de vida. Y esto es lo único que alivia un poquito mi dolor".