Nadie dijo que sería fácil. El Barça femenino se encuentra en un momento complicado de la temporada. Las lesiones se están ensañando con la plantilla entrenada por Jonatan Giráldez. A las bajas de Fridolina Rolfö, Alexia Putellas, Irene Paredes, Bruna Vilamala o Jana Fernández, se han sumado la de Mapi León, con una rotura del menisco, o la portera Cata Coll, que se ha hecho un esguince de tobillo. Un panorama realmente duro, con una Hansen que sale de problemas físicos y una Oshoala que acaba de recibir el alta para la disputa del partido de Champions de este miércoles contra el Rosengard sueco. Será una prueba de fuego por comprobar el fondo de armario del equipo culé, a la espera de poder recuperar a jugadoras tan valiosas como las descritas. Una de ellas, Alexia.
El doble Balón de Oro, The Best, campeona de Europa y del mundo hace tiempo que vive con el corazón en un puño por sus percances físicos. Aquella lesión gravísima a tres días del inicio de la Eurocopa de Inglaterra supuso un punto de inflexión. La de Mollet no ha dejado de trabajar para recuperar su mejor versión. Un camino tortuoso que ha vuelto a complicarle la existencia. Pero a falta de buenas nuevas deportivas, podemos asegurar que está viviendo un momento feliz desde el punto de vista personal. Un reencuentro muy esperado con una persona importantísima: Olga Ríos. La representante de famosos, influencers y similares desapareció del mapa y de la vida de la catalana repentinamente. Cuando menos, a ojos del gran público.

Las últimas imágenes que tenemos de Alexia y Olga son del mes de junio en Ibiza. Disfrutaron de un día de playa, y los gestos de afecto y sintonía entre las dos no hacían presagiar ni crisis, ni distanciamiento, ni nubarrón negro sobre su día a día. Ríos, a la que vimos en la grada durante la final de la Champions en Eindhoven, visitó a Alexia en la concentración de la selección española del mundial de Australia y Nueva Zelanda. Sin embargo, no se quedó durante las rondas finales, tampoco en el partido decisivo contra Inglaterra. Ríos se desplazó a Balí, donde pasó una buena temporada desconectada de la convulsa actualidad que rodeaba a Alexia y a sus compañeras. Fue raro, por sorprendente e inesperado.

Los que seguimos este tipo de vicisitudes de la estrella culé estamos de enhorabuena. Hemos tardado en descubrirlo, pero podemos asegurar que el pasado 3 de diciembre se produjo el reencuentro con una cena exótica de pareja en un restaurante de Barcelona. Se trata del Ah-Un, un yakiniku o barbacoa japonesa. Entre cortes de carne de Wagyu y otras delicias, las protagonistas pudieron ponerse al día y recuperar sensaciones. Que lo hayan hecho previamente en privado no es nada descartable; que hayan dejado pistas del encuentro es lo más reseñable. Dos fotos en los perfiles de Instagram de cada una, sin mencionarse la una a la otra pero en el mismo local, mesa y oferta gastronómica, no dejan demasiado lugar a la especulación. Se trataba del cumpleaños de Olga, y lo celebraron como se lo merecen. Nosotros, de hecho, también lo hacemos.

