Tal vez haya gente que no se acuerde de Álex Ubago. El cantante reaparece tras unos años en silencio para llevar a cabo una gira por todas las ciudades de España y una parte de Europa y Estados Unidos. Viene dispuesto a reconectar con un público que ha perdido hace tiempo. Esta semana se encuentra por Dublín, Ámsterdam, Bruselas y Londres, pero ha vendido escasas localidades. Aunque en su página web pone ‘SOULD OUT’ para que no se sospeche absolutamente nada.

Alex Ubago La Resistencia
Alex Ubago La Resistencia

Álex Ubago ha vuelto. O, mejor dicho, ha intentado volver. El cantante que nos hizo llorar en los 2000 con A gritos de esperanza y Sin miedo a nada celebra ahora sus 25 años en la música con una gira internacional. Europa y Estados Unidos han sido las primeras paradas este noviembre, aunque el regreso no ha sido precisamente triunfal. Las entradas se venden a cuentagotas y el público, más que emocionado, parece confundido: “¿Ubago? ¿Sigue cantando?”

Álex Ubago, fracasa en su gira 

Durante los últimos años, el artista había desaparecido del mapa. Ni discos, ni entrevistas, ni conciertos. Un silencio prolongado que muchos interpretaron como una retirada voluntaria. Pero la realidad parece más cruda: sin giras ni éxitos recientes, mantenerse de la música se volvió imposible. Dicen que el regreso de Ubago no es fruto de la inspiración, sino de la necesidad. “Te has fundido hasta el último euro, eres pasado, estás acabado”, murmuran en el entorno del cantante.

El tour europeo ha sido un intento de resurrección, con escenarios más modestos que en su época dorada y un repertorio que apela directamente a la nostalgia. En 2026 llevará la gira por España, aunque la preventa de entradas va peor que mal. Su público, ahora adultos con hipoteca, no parece dispuesto a revivir aquellos años de tristeza romántica.

Ubago lucha contra el olvido y contra una industria que ya no le pertenece. Su voz sigue intacta, pero el mercado no perdona el paso del tiempo. En un momento en que los éxitos se miden en streams y followers, el cantautor se enfrenta a la dura realidad de ser un clásico antes de los 45.

Ha vuelto porque no le queda otra. Y aunque suene cruel, quizá esa sea la nota más sincera que ha dado en mucho tiempo.