Que el tiempo pasa a toda prisa es un hecho que se demuestra, por ejemplo, sabiendo que Álex Ubago ya tiene 44 años, que se dice pronto. El cantautor vasco, nacido en Vitoria, lo petó de mala manera hace más de veinte años, en el 2001 y en el 2002, con solo veinte añitos, cuando vio la luz su primer disco ¿Qué pides tú?. En él había canciones que sonaban a todas horas, como por ejemplo, aquel mano a mano con la cantante de 'La oreja de Van Gogh', Amaia Montero, vasca como él, cuando hacían aquello de "Me muero por concocerte, saber qué es lo que piensas. Abrir todas tus puertas. Y vencer esas tormentas que nos quieran abatir. Centrar en tus ojos mi mirada, cantar contigo al alba, besarnos hasta desgastarnos nuestros labios y ver en tu rostro cada día crecer esa semilla. Crear, soñar, dejar todo surgir, aparcando el miedo a sufrir". Se llamaba Sin miedo a nada, o Me muero por conocerte, como la conocía todo el mundo:
La mujer, sin embargo, con quien ha hecho todas las cosas que decía en este hit, la mujer de su vida, a quien hace tiempo que conoce y con quien ha formado una familia, es Maria Alcorta, madre de sus dos hijos, y a quién felicitaba de esta manera tan conmovedora cuando celebraron un aniversario de casados, ahora que hará casi 15 años que se dijeron el "Sí, quiero": “Por estar ahí siempre, en las buenas y en las no tan buenas. Por darme a las dos personitas que más quiero (además de a ti). Me siento la persona más afortunada del mundo por poder compartir mi vida contigo. Te quiero”.
Ubago es un tipo que les confieso que siempre me ha caído bien. Y más después de oírle en el excelente e imprescindible 'La ruina', el podcast de Ignasi Taltavull y Tomàs Fuentes donde los diferentes invitados explican situaciones ruinosas de sus vidas, experiencias pasadas de aquellas de vergüenza ajena, de tierra trágame, aquellos muertos en el armario que todos tenemos. Una manera hilarante de asumir y entonar el mea culpa donde diferentes VIPS se apuntan a jugar sin vergüenza y siendo tremendamente sinceros. Por allí han pasado y pasarán muchos cantantes y actores, y hace unas semanas fue el cantante vasco quien se presentó.
¿Y qué ruína ha confesado? Una que pasó tiempo atrás, y que tenía que ver con su mujer, entonces novia, y unos guardias civiles: "No puedo decir en qué lugar, pero me fui de vacaciones con mi mujer a una isla". Alquilaron un coche, estaban en un hotelito muy bonito y fueron a cenar a una zona de restaurantes. Después, dijeron la frase: "¿Qué? ¿Vamos a tomar algo, no? Fuimos a tomar una copa y un chupito, mi mujer es muy de chupitos", revela Álex. La intención era tomar un chupito de licor Peché, muy de moda hace unos años, que era de melocotón y no demasiado fuerte. En el local donde fueron no tenían, pero sí otro que entonces, muchos años atrás, no era tan conocido como ahora, la gente no sabía las consecuencias de tomar muchos, como sí se sabe ahora... "Le dijimos al camarero: 'Recomiéndanos algo'. Y él nos dice: '¿Habéis probado el Jägermeister'?... Y se lo tomaron. Vaya si se lo tomaron, pero no solo uno o dos o tres, sino que fueron cayendo...
"Uno, otro, otro, otro... se nos fue de las manos, acabamos pedísimo". No podían volver al hotel en coche, pero no había ningún taxi, una zona aislada de la isla... Total, cogieron el coche, "sé que está mal". Lo cogieron y fueron dando eses... Hasta que les para una patrulla de la Guardia Civil... Le hicieron salir del coche y soplar, "y lo que di fue algo muy bestia. En el tema alcoholemia hay un límite que ya es delito penal". En un momento lo reconocieron y le dijeron que tendría que quedarse en la isla y testificar en los días siguientes en un juicio, pero se apiadaron y le dijeron que bebiera mucha agua y fuera haciendo controles hasta que el índice bajara. "Litros de agua, agua, agua, hasta que dos horas después y tres o cuatro sopladas después, bajó del límite. Hicimos el acta, multa y preguntan dónde estábamos alojados". Tenían que dejar el coche y seguían sin encontrar taxi... Los guardias civiles se ofrecieron a llevarlos.
"En todo este rato no hemos comentado qué había sido de mi mujer"... Ciertamente, la mujer del cantante, "en el asiento del copiloto, así...". ¿Y cómo era así? Desmayada, con la cabeza para abajo, durmiendo la mona...
"No se había enterado de nada. Le expliqué que nos llevaban al hotel, la Guardia Civil, la saco del coche, vamos al coche patrulla, la meto en el asiento de atrás, me siento a su lado, delante los guardias civiles, arrancan, y me mira mi mujer y me dice: '...voy a potar'... y lo demás es todo historia"... Puedes ver toda la ruina hasta el minuto 18':
Seguro que los dos guardias civiles, cada vez que oyen el "Me muero por conoceeeerte...", se acuerdan del día en el que conocieron a Álex Ubago y a su mujer... Álex y Maria, maravillosos.