Pulseras rojas ha sido, es y será una de las series juveniles de más éxito de TV3, un fenómeno que conquistó a grandes y jóvenes que narraba la historia de un grupo de amigos que residían en un hospital, cada uno por razones y enfermedades diferentes, pero que juntos representaban una realidad y una historia que tocó la fibra de miles de espectadores catalanes, y poco después, de espectadores de todo el mundo, ya que el proyecto acabó traduciéndose y llevándose a las plataformas. Entre el reparto, podíamos ver a los siguientes actores: Marc Balaguer, Joana Vilapuig, Mike Iglesias, Igor Szpakowski, Nil Cardoner y Àlex Monner, el líder del grupo y uno de los protagonistas de la serie. El actor catalán interpretaba a Lleó, uno de los grandes favoritos de los espectadores y, sin duda, quien más consiguió despertar el furor de los fans. Solo tenía catorce años cuando comenzó el rodaje de la serie, pero, después de este proyecto, la vida le cambió radicalmente, pasó de ser Àlex Monner, a ser también el actor de Pulseras rojas y un amor platónico para muchas chicas.

'Pulseras rojas', TV3
Àlex Monner / Instagram

Desde EN Blau os hemos ido recogiendo muchas de las declaraciones donde el actor recordaba sus inicios como actor, y ahora, Àlex Monner ha sido el invitado del último capítulo de La turra, un pódcast de debate de Som EVA presentado por Alba Riera donde, en esta ocasión han hablado sobre la cultura del gymbro, es decir, de aquellas personas obsesionadas con el gimnasio y los entrenamientos, y a la hora de la entrevista, ha querido ligar este mensaje sobre el aspecto físico, cuidarse y la presión estética con el fenómeno que nació alrededor del actor con Pulseras rojas. Atentos.

Àlex Monner en 'La turra' / YouTube
Alex Monner en 'La turra' / YouTube

Àlex Monner era el guapo, y como bien le dice Alba Riera, todas las chicas querían tener su foto en la carpeta y la agenda de la escuela, es por este motivo que le pregunta cómo gestionó esta sobreatención, el actor lo recuerda así: "Fatal, supongo en muchos momentos fatal... es decir, todo lo que tenía que ver con el trabajo era maravilloso porque, de golpe estaba trabajando en proyectos que me apetecían y parecía que, después de haber hecho Pulseres Vermelles la rueda del trabajo empezó a girar y parecía que no paraba y una cosa me llevaba a la otra, y era fascinante estar introduciéndome en este mundo que yo no conocía para nada, de los rodajes, de los personajes. Las experiencias que vivía cuando rodaba eran de otro planeta, al principio, era algo que era increíble. Estar rodando de noche, convivir con una casa con gente, y pasar todo el verano de colonias con un grupo con el que estabas haciendo un proyecto en el que creías, y que todo el mundo creía, eso era la hostia, ha conformado una parte muy importante de quién soy hoy en día" explicaba abiertamente. Por otro lado, también había una parte un poco más incómoda o desagradable: "Todo lo demás, era una porquería, el hecho de tener que dejar de ir a fiestas del barrio porque hay hordas de gente a tu alrededor, es que todo cambia, imagínate en la escuela y eres el niño famoso, qué palo" confiesa el actor.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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La conversación continúa y de nuevo, comenta cómo vivió ser el amor platónico de muchas chicas: "No tenía una idea tan global, sí que notaba que de golpe... Bueno, yo lo relacionaba más como una especie de amor por la serie, era como un fandom que rendía homenaje a la serie, no tanto a mí personalmente como sex-symbol y ya ves tú, iba calvo, con silla de ruedas, sin pierna, quiero decir que tampoco era como un prototipo de un chico guapo, me hace gracia que me lo digas" La serie de Albert Espinosa y Pau Freixas se estrenó en el año 2011 y catorce años después todo el mundo continúa recordándola cada vez que vemos a Àlex Monner.