La conversación sobre la salud mental ha cambiado. En mayor o menor medida, los problemas mentales siempre han estado presentes en nuestra sociedad. No son solo un asunto de la comunicad actual. La diferencia es que hoy en día con cada vez más famosos los que los hacen públicos. Hoy es más abierta. Más valiente y urgente. Y uno de los artistas que decidió dar un paso al frente fue Alejandro Sanz. Lo hizo sin preparar un discurso. Solo con sinceridad. Con esa honestidad que tanto caracteriza su música.
En mayo de 2023, el cantante compartió un mensaje que sorprendió al mundo. Un mensaje directo. Breve. Doloroso. Dijo que no estaba bien. Dijo que se sentía triste. Dijo que se sentía cansado. Y miles de personas se vieron reflejadas en esas palabras. Porque detrás del éxito, los premios y los escenarios, también hay un ser humano. Uno que, como cualquiera, puede atravesar momentos muy difíciles.
Alejandro Sanz reconoció sus momentos más bajos
Alejandro Sanz estaba en plena gira. Salas llenas. Fans entregados. Un nuevo disco entre manos. Pero nada de eso evitó la caída emocional que reconoció después. Él mismo admitió que, en ciertos instantes, sintió que quería desaparecer. Que la presión lo superaba. Que la tristeza se hacía demasiado grande. Y aun así, decidió contarlo. No para crear ruido. No para llamar la atención. Lo hizo para reconocer su vulnerabilidad. Y para que otros no se sintieran solos.
La reacción fue inmediata. Titulares en todo el planeta. Preocupación de sus seguidores. Llamadas. Mensajes. Preguntas. Y al mismo tiempo, una ola de apoyo. Un recordatorio de que hablar ayuda. De que compartir alivia. De que incluso las voces más fuertes necesitan sostén. En ese mismo periodo afrontaba también el final de su relación con Rachel Valdés, otro golpe emocional en un tiempo ya complicado.
Rodearse de “las personas correctas” fue clave en su recuperación
Pasó un año. Trabajó con profesionales. Se rodeó de lo que él llama “las personas correctas”. Recuperó calma. Encontró refugio en la terapia. Volvió a conectar con su música desde otro lugar. Desde la serenidad y la reconstrucción. Y comenzó una etapa nueva. Una etapa más consciente. Más suya.
Ese renacer llegó acompañado de cambios importantes. Un nuevo inicio con Sony Music. Un proyecto renovado. Y un sencillo, “Palmeras en el Jardín”, donde transforma el dolor en arte. Una canción íntima. Suave. Directa. Una reflexión sobre lo que se pierde. Sobre lo que se intenta salvar. Sobre lo que no se puede forzar. “Yo siempre seré Madrid”, canta, aceptando que no se puede vivir en el mundo de otro.
Hoy el artista asegura que está mejor. Que valora el camino recorrido. Que entiende la importancia de pedir ayuda. Y que su música es la forma en la que expulsa el dolor. Una forma de sanar. Una forma de volver a sí mismo.
