Alejandra Rubio y Carlo Costanzia aterrizaron en Ibiza con la ilusión de disfrutar de unas vacaciones de ensueño junto a su hijo y su entorno familiar. Tras semanas de promoción y posados idílicos en redes sociales, la pareja dio rienda suelta a su lado más aventurero: cambiaron el hotel por un lujoso catamarán valorado en 12 000 euros la semana, donde se sucedieron travesías en barco, paellas en alta mar y atardeceres de postal.
Además, Alejandra compartió un sorprendente posado en bikini que desató una avalancha de elogios por su figura y actitud radiante, consolidando este verano como el más especial de su vida como madre primeriza. Sin embargo, el aura de felicidad que envolvía a la pareja dio un vuelco porque fuentes cercanas aseguran haber visto a la familia sin dirigirse ni una palabra, ni una mirada de cariño. Según el informante, Alejandra y Carlo permanecían absortos en sus móviles durante más de dos horas, sin apenas intercambiar gestos de afecto.
La tensión entre Alejandra Rubio y Carlo Constanzia
El colofón de tensión llegó durante un fin de semana especialmente convulso para la familia Costanzia. Declaraciones explosivas de Goffredo Cerza, medio hermano de Carlo, sacaron a la superficie viejas heridas que creían enterradas. Cerza aludió a su malestar por la exposición mediática y a conflictos pasados de los que Carlo prefería no hablar, lo que generó un revuelo en redes sociales y prensa rosa. Según informantes, el hijo de Mar Flores atravesó este episodio “abatido y muy irritable”, mientras Alejandra, volcada en acompañarlo, reconocía no estar preparada para gestionar tanta presión y polémica a las primeras de cambio.
Las arrugas en la imagen pública de la pareja se acentuaron cuando, en pleno trayecto en el catamarán, Alejandra fue captada rompiendo a llorar. El director de la revista Lecturas aseguró que las instantáneas mostraban a la colaboradora desbordada por la situación, con lágrimas y gestos de angustia mientras Carlo se duchaba en cubierta. Esta escena, lejos de ser un idílico reflejo veraniego, reveló la tensión acumulada y el desgaste emocional que ambos estaban soportando durante unas jornadas que prometían desconexión total.
Mar Flores guarda silencio
Por su parte, Mar Flores guardó un prudente silencio ante la controversia de su hijo, decisión interpretada por algunos como un intento de mantener su reputación al margen de los escándalos familiares. A pesar de estas dificultades, Alejandra Rubio y Carlo Costanzia han demostrado en otras ocasiones su capacidad para afrontar obstáculos. Este primer verano como familia de tres les ha regalado también el compartir con su bebé y ver cada avance en su maternidad y paternidad.