2025 está siendo un año que parece hecho a la medida de Aitana. La artista atraviesa uno de los momentos más sólidos de su carrera, llena conciertos, arrasa en plataformas y mantiene una presencia mediática que no hace más que reforzar su influencia en todos lados. Pero, lejos de limitarse al escenario, la catalana ha hecho algo que solo unas pocas figuras de la industria consiguen: transformar su fama en un entramado empresarial que crece a una velocidad sorprendente.

Una diversificación que la aleja del molde habitual

En los últimos meses, Aitana ha ampliado su presencia como socia en distintas iniciativas vinculadas al mundo del espectáculo. Y es que Aitana no solo presta su voz, sino que participa en proyectos destinados a la producción y gestión de eventos musicales a gran escala. De este modo, su nombre figura en varias agrupaciones y sociedades del sector cultural, algo que demuestra una visión empresarial poco habitual para su edad.

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La realidad es que este movimiento estratégico no es nuevo para ella. Desde hace tiempo, la artista ha comenzado a construir una estructura corporativa paralela a su faceta musical, consciente de que su marca personal es un activo que puede ir mucho más allá de los escenarios. De modo que su presencia en empresas vinculadas a espectáculos en vivo encaja con la expansión natural de una carrera que no deja de escalar.

Inmobiliaria, producción y proyectos creativos: su expansión continúa

A la actividad relacionada con la música se suma otro bloque empresarial que muestra una Aitana aún más versátil. Y es que la cantante también impulsa una sociedad dedicada a la promoción inmobiliaria, un terreno donde ejerce como administradora única. De este modo, diversifica sus ingresos y los dirige a nichos que nada tienen que ver con su vida artística.

Paralelamente, también participa en otra sociedad orientada a actividades complementarias de las artes escénicas, reforzando la idea de que está construyendo un ecosistema propio donde la creatividad y la industria conviven. La realidad es que incluso ha bautizado una de sus empresas como un guiño personal a sus mascotas, un detalle que expone que su imperio se desarrolla sin perder su sello.

Así pues, con cinco sociedades activas y un abanico de proyectos que no deja de crecer, Aitana demuestra que su talento no se limita a los focos. Su perfil empresarial no solo acompaña su éxito musical, lo amplifica, lo sostiene y lo proyecta hacia un futuro que, a este ritmo, parece destinado a seguir rompiendo moldes.