Rafa Nadal ha sido, es y será siempre historia del tenis en el mundo. Sin embargo, parece que su carrera va llegando a su fin, y más ahora que tiene un gran rival en España. Se trata de Carlos Alcaraz, la joven promesa. Precisamente, el mallorquín cayó en los cuartos del Mutua Madrid Open contra el gaditano. Este jueves el marido de Xisca Perelló perdió de nuevo en los octavos de Roma y ante el canadiense Denis Shapovalov (1-6, 7-5 y 6-2). 

No es una época fácil para Rafa Nadal, aún acarrea fuertes dolores por su lesión, y este bajo rendimiento no ha ayudado mucho. En cierto modo, avisó de su marcha. Podríamos estar ante su última participación en el Ronald Garros. El deportista español ya prepara a sus seguidores para su adiós a las pistas. 

Rafa Nadal EFE
Rafa Nadal EFE

Rafa Nadal piensa en su retirada tras no recuperarse de su lesión 

Rafa Nadal sufre una lesión crónica en su pie izquierdo, conocido como Síndrome de Müller-Weiss. Le dejo fuera del torneo de Roma. Recuperó su estado de forma tras su lesión de costillas, sin embargo, el pie le jugó una mala pasada. No acaba de recuperarse, y ya no está al mismo ritmo que antes. 

"Es difícil de entender mi día a día, no pretendo hacerme la víctima. Tengo lo que tengo, mañana me voy a levantar fatal porque no me voy a tomar nada, vivo con montones de inflamatorios porque sino no puedo entrenar", aseguró en rueda de prensa.

Rafa Nadal competición EFE
Rafa Nadal competición EFE

El deportista lamentó que "si no tomo ningún inflamatorio voy cojo. Seguiré así hasta que aguante el tema y que mi cabeza diga basta". En cierto modo, nos preparó para su adiós: "Así no se puede seguir por mucho tiempo". 

Él sabe que no se va a recuperar en su totalidad. No es que esté lesionado, sino que vive con una lesión. "No estoy lesionado, soy un jugador que vive con una lesión, está ahí y mi día a día es complicado. Lo intento, pero es difícil para mí. Muchos días no puedo entrenar bien, hoy en la mitad del segundo set me ha aparecido”.

Esto le impide rendir al máximo nivel: "Tienes que moverte bien para competir al máximo nivel y no puedo hacerlo del todo. Solo queda luchar, tengo que volver y ahora estoy triste, es un torneo que me gusta mucho y estar fuera es algo que no me gusta. Pero hay que valorarlo todo en lo positivo, hay que aceptarlo y seguir adelante", afirmó.

Por todo esto, la mochila psicológica que arrastra es muy grande: "Llegará un día en el que mi cabeza me diga basta. Yo juego para ser feliz, pero claro, el dolor te quita la felicidad. Mi problema es que muchos días vivo con demasiado dolor. Disfruto de lo que hago, pero me da muchos días de infelicidad".