El reinado más largo del Reino Unido ha llegado a su fin con el reciente fallecimiento de Isabel II. Eventos protocolares, el nombramiento de un nuevo monarca, reuniones públicas y hasta la organización de un multitudinario funeral han sido los temas más recurrentes en los medios de comunicación en los últimos días. Por ese motivo, uno de los temas más estudiados por los expertos ha sido la repartición de su millonario patrimonio, valorado en 426 millones de euros, de acuerdo con el ‘Sunday Times’, entre los miembros de la Familia Real. Sin embargo, recientemente se ha dado a conocer que Isabel II decidió hacer un cambio en su testamento poco tiempo antes de morir, dejando fuera a su bisnieta Lilibet y a su madre, Meghan Markle.

Meghan Markle
Meghan Markle

Y aunque la decisión de descartar a Meghan de la herencia familiar realmente no ha sorprendido mucho, lo cierto es que nadie se esperaba que la monarca sacara a un familiar directo de su testamento, la nieta del actual rey de Inglaterra. Por su parte, ha sido Kate Middleton, esposa del príncipe Guillermo, y su hija, y la princesa Charlotte, quienes recibirán la totalidad de las joyas de Isabel II. Según ha trascendido, la futura reina consorte y su hija heredarán una colección de al menos 300 joyas, incluida la 'Gran Estrella de África', valuadas en más de 110 millones de euros.

Aunque se ha especulado que la fallecida monarca tomó esta radical decisión debido a las constantes polémicas causadas por las declaraciones de Meghan Markle en las que ha acusado a la Familia Real británica de racista, la realidad es que esta acto se debe, principalmente, a la decisión de los duques de Sussex de renunciar a sus títulos reales, por lo que Kate y Charlotte serían las únicas que tendrían el derecho de usar las joyas reales en los eventos oficiales, una tradición protocolar que han seguido rigurosamente desde hace cientos de años.

El testamento dividido de Isabel II contempla sus pertenencias personales y el patrimonio neto de la Corona

Además de sus joyas, la reina también tenía entre sus posesiones una gran cantidad de propiedades, tierras y mucho dinero en su cuenta personal. Entre las propiedades más destacadas se encuentra el Castillo de Balmoral en Escocia, su residencia de verano y el lugar donde pasó sus últimos días. También tenía una imponente casa en Sandringham, en donde celebraban las fiestas navideñas con su familia. Estas propiedades podrían repartirse entre sus tres hijos menores: Anna, Eduardo y Andrés.

Ahora bien, el rey Carlos III ha heredado, de forma directa, todos los bienes de la Corona británica: el Crown Estate (propiedades y tierras distribuidas en el Reino Unido), el Ducado de Cornualles, el Ducado de Lancaster, el Estado de la Corona de Escocia, el Palacio de Kensington y el Palacio de Buckingham, la sede oficial de la monarquía. También heredó el salario que ganaba la reina anualmente, valorado en unos 98 millones de euros, además de ciertas especies de animales como cisnes, ballenas y delfines que son considerados propiedad de la Corona.