Will Smith vivió su día más agridulce en el año 2022, cuando la misma noche de los Óscars pasó a la historia por ganar su primera estatuilla minutos después de un puñetazo que le dio al presentador de la gala, Chris Rock, por hacer un chiste sobre la alopecia de su mujer, Jada Pinkett. Smith hace tiempo que es conocido por su faceta interpretativa, siendo uno de los actores de Hollywood más reconocidos en todo el mundo, desde que se hizo megafamoso con El príncipe de Bel-Air. Después, películas muy exitosas como Bad Boys, Independence Day, Men in black, Enemigo público, Wild Wild West, Ali, Yo, Robot, En busca de la felicidad, Soy leyenda, Escuadrón suicida, King Richard y tantas otras.


Aun así, la música siempre ha sido uno de los caballos de batalla de este artista multidisciplinar. De hecho, él empezó antes en este mundo. Ahora, muchos años después de aquel DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince a finales de la década de los 80, ha sacado su primer álbum en 20 años, Based on a True Story, con 14 canciones, con colaboraciones con su inseparable Jazzy Jeff, o Teyana Taylor y Jac Ross. Después de eso, qué mejor que lucir disco en una gira que ha empezado hace muy poquito, en el Festival Mawazine de Rabat el pasado 25 de junio, y que lo llevará por diferentes países europeos como Alemania, Italia o el Reino Unido. En España actuará dentro de dos días en Gran Canaria, y más adelante en Marbella o Almería. Un tour que culminará con un concierto en el estadio Zénith de París para el 2 de septiembre. De momento, sin embargo, ha estado en el Barcarès, en el Roselló, en el festival Les Déferlantes.



Y ha sido justamente en la Catalunya Nord donde se ha producido una imagen impagable. Un momento donde Smith ha conocido de primera mano una de las bondades de un icono catalán, un elemento que hay todavía ahora en muchos hogares, y que algunos son verdaderos especialistas en la materia. Vaya, que no sueltan ni una gota.

Estamos hablando del porrón, una manera de beber, de vivir, de compartir, muy nuestra, una imagen emocionante, el porrón que va pasando de mano en mano, lleno de buen vino de la tierra, en alguna comida y festín. Y ahora, el actor norteamericano, aprovechando una visita a un restaurante de la zona, ha podido demostrar su talento. El domingo fue a cenar al restaurante 'Can Paco', en Sant Cebrià de Rosselló, donde aprendió el arte beber en porrón. Smith, encima de una silla, sonrisa de oreja a oreja demostrando que se lo estaba pasando pipa, vertiendo el contenido del porrón en un amigo.
Tal como dicen desde el mismo local, "MUCHAS gracias a WILL SMITH y a todo su equipo por esta maravillosa velada en Can Paco. Validamos su dominio de PORRÓN"... Beber en porrón, check. Ahora toca que alguien le enseñe a comer calçots.