Se abre el telón: se ve al cantante Luis Miguel encima de un escenario. Irado, enfadado, con un rictus de cólera por cualquier motivo. Coge lo primero que tiene a mano y se lo lanza a un técnico de sonido. Da igual cuando lean esto. Es una especie de leitmotiv que se repite a menudo en sus conciertos. La serie de televisión basada en su vida enseñaba que su padre era alguien fácilmente irritable. Y poco a poco 'El Sol de México' está demostrando que va camino de superarle.

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GTRES

"La culpa es de la noche, de la playa, de la lluvia y de todo el mundo menos mía," debe pensar uno de los artistas latinoamericanos más famosos de la historia. Ha hecho fortuna con sus temas, ha enamorado a medio mundo con su voz nasal alargando las palabras de manera sugestiva. Pero tras la fachada de seductor, cada vez venido a menos, se está viendo otra cara mucho más histérica de lo que proyecta en las entrevistas. Hace poco ya desató su ira contra un miembro del staff durante un recital en el Auditorio Nacional de México, reaccionando de una manera muy violenta: lanzándole unas rosas blancas a un técnico mientras cantaba el tema La fiesta del Mariachi, porque no le gustaba la calidad del sonido.

Los aires de Panamá no le han edulcorado el carácter. Probablemente, el de técnico de sonido de Luis Miguel tiene que ser el trabajo mejor remunerado de Sudamérica. Probablemente se le marchen cada dos días porque siempre que pasa algo que no le gusta al cantante de boleros, reacciona actuando como un psicópata. Vean si no, la reacción del mexicano en un concierto en aquel país: cómo se marcha del escenario sin que se le borre de la cara una sonrisa de desquiciado, y cómo clava golpes de micro a alguien o algo que hay a un lado.

El ganador del Grammy todavía no se ha pronunciado sobre qué pasó entre bastidores, pero según dicen algunos medios de su país, Luis Miguel no paró de quejarse durante todo el rato porque sufrió mucho calor en el auditorio y estaba muy tenso... Por la integridad física de los técnicos del cantante, por favor, que alguien ponga el aire acondicionado a todo trapo.