Sergei Polunin es un bailarín ucraniano que a los 19 años se convirtió en el más joven en conseguir el status de bailarín principal en el Royal Ballet de Londres. Hace unos años, su rostro fue muy reconocible por el gran público al protagonizar uno de los videoclips más vistos en Youtube, el de la canción "Take me to the church" de Hozier.
Desde que empezó a ganarse un nombre en el mundo de la danza, Polunin ha sido considerado una especie de enfant terrible, un bad boy del sector que decidió abandonar el Rollat Ballet británico después de reconocer consumir drogas. Ahora, Polunin ha sido expulsado de la Ópera de París. La directora artística de la prestigiosa institución musical francesa lo invitó para que actuara en El lago de los cisnes dentro de un mes, pero le han retirado la invitación. ¿Por qué? Por las tonterías de padre y muy señor mío que ha dicho últimamente.
@sergeipolunin
El bailarín no soporta casi a nadie. Se considera por encima del bien y del mal y le irritan especialmente los obesos. La gente con sobrepeso son poco más que escoria: "habría que abofetear a los gordos, no soporto la pereza que tienen". También lo ponen nervioso los homosexuales: "Tengo compañeros de profesión demasiado afeminados. Emplazo a los bailarines de ballet a comportarse como hombres. Ya hay bailarinas en escena, no necesitamos más". Por no hablar del machismo que supuran palabras como: "Los hombres tienen que ser hombres y las mujeres tienen que ser mujeres, es la razón por la que nosotros tenemos cojones. Los hombres son lobos, son leones. Los hombres son los líderes de la familia". Quizás el bailarín se mueve como los ángeles, pero habla como un demonio. Por cierto, como dato curioso, hace poco se tatuó orgulloso la cara de Vladimir Putin en el pecho...
@sergeipolunin
La medida de la Ópera de París ha sido aplaudida por muchos compañeros de profesión de Polunin, que ya consideraban una vergüenza que se lo hubiera invitado inicialmente a actuar, por mucho que muchos digan de él que es el nuevo Rudolf Nureyev de la danza.