Han pasado dos meses y todavía nos sobrecoge pensar que ya no este. La muerte de Toni Cruz el pasado 11 de julio dejó a todo el mundo muy tocado. El productor televisivo y creador y miembro de La Trinca, fallecía después de un maldito cáncer que le diagnosticaron en enero y que se lo llevó en medio año. Cruz, al lado de su inseparable Josep Mª Mainat y Miquel Àngel Pasqual, formó parte de uno de los grupos musicales y humorísticos más icónicos y queridos por el público catalán. Y después, ya solo con Mainat, haciendo de productores audiovisuales con Gestmusic, que fundaron en 1987. Dos amigos, casi hermanos, que se conocieron con solo 13 años y estuvieron juntos toda la vida, 65 años. Por eso Josep Maria prefiere hablar de matrimonio: "65 años juntos, y juntos quiere decir prácticamente haciéndolo todo con él. Somos como un matrimonio, excepto la parte íntima, que nunca hemos tenido relaciones sexuales, porque no se ha dado el caso", dice con una sonrisa melancólica pensando en todo lo que fue para él su gran amigo de vida. "Lo hacíamos todo, todo, todo, todo, juntos: la música, las empresas, las iniciativas, novias conjuntas... es un agujero que te cuesta llenar".
Lo ha hecho en una conversación sentida, emocionante, respetuosa y que por momentos ha conmovido a los oyentes de El Suplement de Catalunya Ràdio, con Roger Escapa. Mainat, hablando de la investigación, de cómo ha mejorado todo con respecto a cuidar enfermedades, pero lamentando que todavía tenemos que mejorar mucho, por ejemplo, contra un cáncer que se lleva a gente como Toni: "Todavía no me sé a venir. Cuando voy a la oficina todavía me pienso que entrará por aquella puerta en cualquier momento. Es muy duro. Toni ha sido mi vida. ¿Cómo se lleva? Los primeros días, terrible. La vida va pasando, el tiempo dice que todo lo cura, o lo alivia. Lo recuerdo y lo recordaré cada día de mi vida".
¿"Te pudiste despedir"?, le pregunta Escapa. Y él reconoce que sí, a pesar de que "no el último día, pero sí dos o tres días antes, porque los dos últimos días estaba en la UCI y prefería no verlo intubado, porque él no era consciente. La familia me decía que no hace falta que viniera, porque él ya no está". Una despedida que tuvo dos días antes, "con una conversación bastante íntima", en el hospital, "donde me confesó que saldría adelante. Él confiaba que hasta el último momento... ¿Perdona, eh?...", dice. Momento donde se le rompe la voz, las lágrimas y la emoción hacen que se detenga y tenga que coger aire. Después, siente la necesidad de compartir con todo el mundo que "fue una conversación larga. A él le costaba un poco hablar, porque el tumor cerebral que tenía le impedía encontrar las palabras, pero me dijo: 'Saldré adelante, porque además, soy muy feliz, he encontrado el amor de mi vida, he tenido mucha suerte'... Estaba enamoradísimo de la última pareja que tuvo, y ella de él también. Tenía grandes planes, ya no tenía que demostrar nada a nadie, ni trabajar, me decía 'Ahora me dedicaré a viajar y a disfrutar de este amor que he encontrado y saldré adelante, tengo que salir adelante'... Eso es lo último que hablé con él".
"Muy fastidiado... Yo sabía que no era verdad, sabía que estaba la cosa jodida. Pero bueno, siempre está la posibilidad"... Lamentablemente, Toni no pudo salir adelante. Pero permanecerá para siempre en la memoria de muchos catalanes que crecimos con sus canciones. Y especialmente, en la de su amigo del alma, su hermano, su matrimonio, Josep Maria Mainat.