El saltador de pértiga sabe que para superar la prueba tiene que elevarse a casi seis metros de altura y superar el listón antes de caer plácidamente sobre un colchón de más de un metro de grosor. Lo que no se podía esperar el saltador japonés Hiroki Ogita es que fracasaría en su salto de 5,45 metros de la manera más insospechada, haciendo caer el listón con sus partes nobles, justo cuando parecía que había sido capaz de superar la prueba. Y es que, a veces, la ropa demasiado ceñida juega jugarretas.