Este verano, Victoria Federica se ha tomado la vida como si no hubiera mañana. Sol, mar, fiestas privadas y amigos influyentes han sido su rutina. No hubo un solo día aburrido. Cada semana, un destino diferente. Cada plan, más exclusivo que el anterior.

Todo empezó en Ibiza. No en cualquier barco, sino en el SY Aiglón, un yate de más de 8 millones de euros. Propiedad de los Matutes, dueños de un imperio hotelero de 600 millones. La nieta de Juan Carlos I fue invitada a disfrutar de su lujo. Dos mástiles, 45 metros de eslora, seis camarotes de lujo y capacidad para 12 personas. Mantenimiento anual: 800.000 euros.

Rocio Laffón i Victoria Federica   Instagram
Rocio Laffón i Victoria Federica Instagram

Victoria Federica, verano de auténtico lujo

En la travesía hubo caras conocidas. Álvaro Odriozola con su mujer y prima de Vic, Inés Laffón, estuvieron a bordo. Sin embargo, se notó la ausencia de Borja Moreno, con quien se le vincula sentimentalmente. Los rumores corrieron como la pólvora. Pero ella no parecía echarlo de menos.

Después llegó Marbella. Reservados privados, botellas que superan los 1.000 euros, acceso VIP y fiestas sin fin. En restaurantes de moda, terrazas exclusivas o camerinos de artistas, Victoria Federica estaba en el epicentro del lujo. Incluso encontró tiempo para los toros, como en la Corrida Nocturna de los Candiles, donde destacaron nombres como Morante de la Puebla.

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Victoria Federica

El verano se acaba, pero no para Vic

Su verano fue frenético. Días de yate, noches de música y gastronomía. Entre “torreznadas” y copas de champán, la sobrina de Felipe VI dejó claro que sabe disfrutar. Todo a lo grande, siempre con amigos e influencers.

Pero mientras el verano llega a su fin, parece que no ha terminado para ella. Victoria sigue activa. Los fines de semana vuelan entre Ibiza y Marbella. Alquila yates, va a reservados exclusivos y no baja el ritmo. La vida nocturna y los planes VIP continúan.

Lejos de la rutina, Victoria mantiene su agenda de lujo. Cada salida es noticia. Cada destino, una oportunidad de disfrutar sin límites. Y mientras muchos vuelven a la normalidad, ella sigue navegando, bailando y disfrutando de un verano que parece no tener fin para ella.