Probablemente este fin de semana se está casando todo el mundo. Todo quisqui está de bodorrio, a pesar del calor extremo y las altas temperaturas. Ola de calor. Y ola de amor en buena parte de la jet-set patria. Aunque la boda estrella de las últimas horas haya sido la de Jeff Bezos y Lauren Sánchez en Venecia, en territorio español también han ido locos en las masías, casas rurales, iglesias y lugares que han acogido a invitados, novios y fotógrafos. Se han casado Gabriela Repesa y Lorenzo Moinet Ybarra en la Catedral de Sevilla. Se han casado Paty Sánchez-Flores, hija del entrenador de fútbol Quique Sánchez-Flores, con Javier Millet. Y se han casado Miguel Matossian, nieto de Tessa de Baviera (que es prima segunda de Juan Carlos) y Casilda de Nicolás.

Una boda donde se ha producido un hecho que no acostumbra a pasar los últimos tiempos. De hecho, desde que partieron peras, desde aquel "cese de la convivencia conyugal" del 2007, y el posterior divorcio tres años después, en contadísimas ocasiones se ha visto a este par en el mismo lugar, y no digamos, durante muchas horas. Hablamos de los ex duque de Lugo, unos infanta Elena y Jaime de Marichalar que siempre que pueden, evitan cualquier tipo de contacto físico o visual. Los hijos ya son mayores, ya vuelan solos, y por eso se evitan constantemente. De hecho, la última vez que estuvieron en el mismo lugar fue en el funeral por la madre de Borja Prado, pero ya se las arreglaron para llegar en horas diferentes. Pero una boda es una boda. Y la hora que era es la que era. Por eso ahora no han tenido más remedio que estar, y durante mucho rato, coincidiendo en el mismo lugar.


Así llegaba la hermana de Felipe al enlace, que ha tenido lugar en Madrid, con un extrañísimo look de chaqueta azul marino con maxi floripondio y una falda de tonos azules, con gafas oscuras y abanico, y sin hacer ningún tipo de declaración. Y así llegaba él, todavía menos amigo de las cámaras que su ex, bien alejado de la prensa. Aunque han llegado a la iglesia por separado, después han estado en el mismo lugar mientras duraba toda la ceremonia. No ha sido el único Marichalar, su ex, con quien se ha tropezado cara a cara la infanta Elena en esta boda. También lo ha hecho con alguien más del clan Marichalar que hacía tiempo que no veía y que tampoco es que le hiciera una especial ilusión: su ex cuñado, el hermano de Jaime, Amalio. Ni Elena ni Marichalar han querido decir ni mu, "lo que está claro es que ambos prefieren no pronunciarse al respecto de cómo están las cosas entre ellos", apuntan en Lecturas.

Lo que ha sido significativo es la reacción de los hijos de la pareja, unos Froilán y Victoria Federica que sabían que en esta boda, sus padres coincidirían. Pero han pasado olímpicamente de hacer de balanza o de paños calientes, ya que no han estado presentes en la ceremonia. Están de vacaciones y mucho tendrían que cambiar las cosas para que hubieran decidido posponerlas o interrumpirlas por una boda. Vic, por ejemplo, se encuentra en Sanlúcar de Barrameda con su amiga Rocío Laffón.