El rey campechano está radiante. Lleva un verano hecho a medida. Primero, siendo capaz de dejarse ver por su querida Palma los días que su hijo, y sobre todo, su nuera Letizia, todavía no habían aterrizado en la isla. Después, a la que se olió que Felipe, la reina y las niñas llegaban, hizo las maletas y encontró la mejor justificación posible: marcharse al campeonato del mundo de vela a Finlandia, donde ha disfrutado de la segunda cosa que más le gusta, las regatas, rodeado de fiestas diarias llenas de cerveza (el patrocinador principal del campeonato era la marca cervecera más famosa del país). Y encima, su Bribón se proclamó campeón.

joan carles bribon

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Ahora parece que ha vuelto a Mallorca, donde ha coincidido con su hijo, que con Letizia y las hijas siguiendo las vacaciones en un lugar desconocido, fue a cenar con el músico Jaume Anglada haciendo todos los intentos posibles del mundo para que no le hicieran una foto. Lo que ha pasado desapercibido a ojos de todos los mortales, excepto de la periodista que más sabe de la monarquía, Pilar Eyre, ha sido un detalle muy concreto. Concretamente, en una de sus muñecas. Un mensaje oculto dirigido directamente a una de sus amigas especiales. Fíjense en el reloj que lleva el emérito en esta fotografía:

joan carles reloj

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Es un reloj deportivo carísimo, un Rolex Daytona, que tal como escribe la cronista en Lecturas, "es de suponer que es el mismo que le regaló la totanera hace la friolera de veintisiete años". La totanera es la vedette Bárbara Rey, nacida en esta localidad murciana y el nombre que siempre ha salido arriba de todo de las listas de affaires del emérito ajenos a la reina Sofía.

barbara rey sabado deluxe telecinco

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Tal como recuerda Eyre, el reloj de Juan Carlos fue un regalo 'teledirigido'. Uno de aquellos que te gustaría que te hicieran y le dejas caer a tu pareja, así como quien no quiere la cosa, cuando paseáis y veis algo que te gusta en un escaparate. El rey y la Rey estaban mirando una revista y el monarca vio el objeto en el brazo del magnate italiano Agnelli: “Si no sabes qué darme por mi cumpleaños, me gustaría un reloj como este”.

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Un relojito que no era peccata minuta. Un regalo que entonces le costó a la artista 500.000 pesetas (3.000 euros para los que no habían nacido cuando JC y su amiga pasaban el rato). A Rey, sin embargo, no le habrá hecho gracia ver ahora este reloj volviendo a lucir en la muñeca del Borbón. ¿Por qué? Porque no le debe traer a la cabeza buenos recuerdos, sino mucho más amargos. Explica Eyre que pasado un tiempo, cuando finalmente Bárbara Rey le regaló el reloj, era una "noche de frío invierno en la casa de Boadilla del Monte". ¿Qué hizo cuando lo recibió?: "el rey abrió la elegante caja de color verde con la corona de la marca grabada en oro, dijo muchas gracias, le dio un beso en la mejilla, y después le comunicó con frialdad que lo suyo había terminado". El día que lo recibía, la dejaba. "Habían estado juntos dieciséis años". El reloj marcaba la hora de darle 'puerta' y a por otra.