La reina Sofía está viviendo unos meses muy complicados. Según Pilar Eyre sufriría una depresión severa fruto de las malas noticias que ha recibido en los últimos años. Han dañado su estado anímico. La emérita se encierra en su habitación totalmente a oscuras y no quiere recibir visitas, ni tampoco sale. Apenas come ni duerme, síntomas claros de una depresión. Felipe VI, Cristina y Elena están muy preocupados por su estado de salud. Quieren animarla pero tampoco se deja, han intentado que acuda a especialistas, pero se niega en rotundo.

La emérita se ha enfrentado a momentos muy difíciles que creía que por su edad no iba a vivir. Hace casi cuatro años perdió a uno de sus pilares más importantes, su hermano Constantino de Grecia. El octogenario falleció a causa de un derrame cerebral. Siempre que la reina Sofía tenía un problema se marchaba a Londres, donde vivía el rey heleno en el exilio. Era un refugio. Unos meses más tarde fue su hermana Irene de Grecia quien enfermó. Se comunicó que padecía Alzheimer, la enfermedad del olvido. Debido al avance, no se ha podido hacer nada por frenarla ni retrocederla. Ha contado con los mejores neurólogos pero no han servido para nada. También tiene personal sanitario las 24 horas del día para sus cuidados. Se ha olvidado absolutamente de todo, hasta de su nombre. Le han borrado todos los recuerdos. La madre de Felipe VI siente mucho dolor al verla así. Era su hermana, pero también su confidente y amiga íntima. Se quedó a vivir en Zarzuela y llevan más de cinco décadas juntas. Fue su apoyo incondicional cuando descubrió las infidelidades de Juan Carlos I.
La reina Sofía podría asistir un año más a los premios Princesa de Asturias
Felipe VI intenta mantener la ilusión de la reina Sofía, por eso la ha invitado a participar de nuevo en los Premios Princesa de Asturias, aunque su salud es más delicada. Letizia no quería que asistiese con la excusa de que ya es muy mayor. Todavía no se sabe si estará presente, pero se espera que sí.
La reina Sofía se siente muy sola cuando acude a actos donde sus nietas son las protagonistas. No muestran con ella ningún signo de cariño, por lo menos en público. Se mantienen apartadas de ella por petición de Letizia, para que no ensucien su imagen. En cambio, siempre se acercan a Paloma Rocasolano, sentada entre los invitados, para saludarla y compartir unas palabras de la gala.
