Durante años, la reina Sofía ha sido vista como el rostro de la resistencia silenciosa en la Casa Real española. Siempre discreta. Siempre firme. Alejada del ruido, pero presente. Sin embargo, su historia privada esconde mucho más de lo que se ha contado.
Casada con Juan Carlos I por decisión familiar, no por amor, Sofía asumió su papel en la monarquía española con dignidad. Pero tras décadas de humillaciones e infidelidades públicas por parte del emérito, también ella comenzó a vivir su vida en privado. Y lo hizo con inteligencia, con sigilo… y con un hotel.
La reina Sofía no se quedó mirando mientras Juan Carlos I se lo pasaba en grande fuera del matrimonio
Según revelan fuentes como el podcast ‘XRey’, y periodistas como Pilar Urbano y Jaime Peñafiel, la reina Sofía mantenía encuentros discretos en el hotel Claridge de Londres, un cinco estrellas de lujo ubicado en pleno Mayfair. No era solo un lugar de paso. La suite estaba reservada todo el año. Nadie más la ocupaba.

Oficialmente, viajaba a Reino Unido para visitar a su hermano Constantino de Grecia, exiliado tras la abolición de la monarquía helena. Una coartada perfecta. En la práctica, según las informaciones, aprovechaba esas visitas para reencontrarse con varios hombres cercanos.
Entre los nombres que han sido vinculados a Sofía, aparece el de Federico Mayor Zaragoza, político, científico, y exdirector de la UNESCO. Urbano escribió que entre ellos existía una "sintonía especial". Coincidían a menudo en actos públicos y compartían inquietudes culturales. “La miraba con mucho brillo en los ojos”, asegura la periodista. Juan Carlos nunca aprobó que entrara en Zarzuela como jefe de la Casa del Rey. Demasiada cercanía, decían.
La reina Sofía tenía encuentros en Londres
Pero Mayor Zaragoza no fue el único. También suenan otros nombres: el periodista Juan José Benítez, el economista Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz, e incluso el cantautor francés Georges Moustaki. También se ha hablado del empresario Carles Ferrer Salat, vinculado al Comité Olímpico Español, y del viudo de la duquesa de Alba, Alfonso Díez, a quien Felipe VI habría expulsado del entorno familiar.

Según publicó El Cierre Digital, Sofía no fue infiel mientras vivía bajo el mismo techo que Juan Carlos. Pero cuando ambos cesaron la convivencia, ella también quiso rehacer su vida. Llegó incluso a pedir el divorcio, pero la reina Federica, su madre, lo impidió. Después, el emérito estuvo a punto de dejarla públicamente por Corinna Larsen. Fue la última humillación.
Los encuentros en Londres no eran esporádicos. Según declaraciones recogidas en el podcast XRey, Sofía vivía prácticamente en el Claridge, y solo regresaba a España para cumplir con compromisos institucionales. Lejos del escándalo. Lejos del rey.