La reina Sofía es una mujer muy tradicional, católica y familiar. En su juventud estaba enamorada de Harald de Noruega, sabía que debía casarse con otro rey para emparentar dos monarquías, pero no fue correspondida. Así que su madre, la reina Federica, la obligó casarse con Juan Carlos I, un acuerdo con Juan de Borbón. Ella no puso ninguna resistencia, como mujer católica aceptó a su marido y prometió hacerle feliz. Sin embargo, el emérito nunca estuvo enamorado de ella. A la emérita la obligaron a casarse con un hombre, y ella creyó que era lo normal en sus hijos, los tres debían emparentarse con personas de la realeza o la aristocracia. Personas con título que no fuesen plebeyos.

Irene Urdangarin, infanta Elena, reina Sofía e infanta Cristina / Europa Press
Irene Urdangarin, infanta Elena, reina Sofía e infanta Cristina / Europa Press

La primera persona que se casó y formó una familia fue la infanta Elena, ella tenía claro que debía casarse con alguien con título para no defraudar a sus padres. Finalmente se quedó con Jaime de Marichalar, pero fue un grave error. Ese matrimonio terminó en divorcio. A veces piensa que debería haber hecho como sus dos hermanos y casarse con la persona que le robase el corazón, aunque fuese un plebeyo.

La reina Sofía quería casar a sus hijos con gente importante 

Entre todos los candidatos, la reina Sofía seleccionó para ella a Cayetano Martínez de Irujo debido a la buena relación con la duquesa de Alba, gran amiga de la emérita. Sin embargo, el jinete, que precisamente se ha vuelto a casar este pasado fin de semana en su finca de Sevilla, no quería formar parte de los Borbón. Había un protocolo y unas reglas que no iban con él. Así que en tan solo tres meses acabaron con aquella relación. Fue él quien la dejó.

Era un ritmo de vida que no quería. "Fue algo pasajero, ella no estaba cómoda con que se hiciera público. Nuestra relación siempre se mantuvo en el máximo secreto. La infanta es una gran persona y nos conocíamos bien por compartir el ambiente ecuestre, pero pronto comprendí que no estaba preparado para pasar de la estricta educación que recibí a una estructura aún más exigente. No me veía encajando en ese mundo, y mi nana me lo confirmó diciéndome que yo no había nacido para ser segundón", relató Cayetano. Le recomendaron que se acercara a la infanta Elena “por puro patriotismo y responsabilidad histórica”. Fueron tan solo tres intensos meses de relación.

Eugenia y Cayetano Martínez de Irujo / GTRES
Eugenia y Cayetano Martínez de Irujo / GTRES