La reina Sofía nunca estuvo enamorada de Juan Carlos I. Sin embargo, en su caso hizo todo lo posible para formar una familia y ser felices. El emérito no tenía las mismas intenciones. Le obligaron a casarse con ella y por su culpa, indirectamente, perdió a la mujer que amaba de verdad, Olghina de Robilant. El exmonarca aceptó su deber, pero solo mantuvo relaciones íntimas con ella hasta dar a luz al varón, el futuro jefe de Estado. Para su mala suerte, los primeros dos embarazos fueron niñas, Elena y Cristina. Estaba a punto de desistir y cambiar la Constitución. Mientras tanto, el padre de Felipe VI se veía con otras mujeres. Era su perdición. La mayoría de ellas eran prostitutas de lujo que pagaba con los presupuestos generales del Estado. Tenía una mujer en cada ciudad. Y de algunas incluso llegó a enamorarse, su mayor error y la gran humillación a la emérita.

La madre de Felipe VI se sintió humillada y traicionada. Ella había puesto todos sus esfuerzos en esta relación para que saliese bien. Es una mujer muy tradicional, familiar y religiosa. Por este motivo, aunque finalmente decidiesen cesar la convivencia, la reina Sofía siempre se ha mantenido al lado de Juan Carlos I de forma incondicional. Nunca se ha alegrado de sus problemas y siempre se ha interesado por su estado de salud.
La reina Sofía se preocupa por el estado de salud de Juan Carlos I
La reina Sofía y Juan Carlos I han coincidido en muchos actos familiares y personales, siempre como amigos, sin ninguna muestra de cariño ni cercanía. Es solo por la obligación del protocolo. Ninguno sería capaz de hacer daño al reinado de su hijo y los dos saben perfectamente que son los exmonarcas y han sido una pieza clave para la corona y para España.
Las noticias que recibe la reina Sofía de su marido es por sus hijas, las infantas Elena y Cristina le visitan muy a menudo. A veces les pregunta por él, especialmente por su estado de salud. Sabe que siempre ha tenido serios problemas, especialmente de movilidad.
La infanta Elena pasó el pasado fin de semana con él en Sanxenxo para participar en las regatas, y fue precisamente allí donde sus acompañantes e inseparables amigos le comunicaron que sufre algunas pérdidas de memoria. Le han diagnosticado principio de demencia senil, algo muy normal en personas de su avanzada edad.
La reina Sofía está muy preocupada, es un tema que trata con mucha cautela y respeto porque en su casa también se vive algo parecido. Irene de Grecia padece Alzheimer desde hace varios años. Por este motivo, pide a Felipe VI que tome una decisión con Juan Carlos I y no le deje morir solo fuera de España. Luego se arrepentiría.
