La reina Sofía y Letizia nunca han tenido una buena relación, no es ningún secreto. Ellas mismas se han encargado de hacerlo público con miradas que matarían. De hecho, todavía se recuerda aquel episodio vivido en la Catedral de Palma en el que la reina tuvo un feo gesto con la emérita. La tensión se notó en el ambiente. La madre de Felipe VI nunca ha aceptado a la asturiana por el simple hecho de ser una plebeya y creer que no está a la altura. Sin embargo, lo que realmente le afectó es que consiguió hacerle sombra en poco tiempo. Una mujer más cercana al público conquistó a los ciudadanos, aunque su carácter frío y distante la alejó en cierta forma. La madre de Leonor y Sofía tampoco se ha ocultado, nunca ha querido a la reina Sofía ni al resto de familiares de Felipe VI. Ella fue feliz cuando el monarca obligó a toda la familia a dejar sus funciones y a apartarse. No obstante, su madre continuó en la jerarquía de la corona por la buena imagen que había conseguido durante todos estos años.
Letizia y la reina Sofía han tenido varios enfrentamientos, como esta misma semana. El próximo 15 de septiembre es un día muy importante para Zarzuela en el ámbito privado. El cumpleaños de la monarca. Cumplirá 53 años. Y lógicamente la reina quiere celebrarlo con algunos amigos íntimos, como Sonsoles Ónega, entre otros. Para tener una total discreción en esta ocasión había tomado la decisión de festejarlo en Zarzuela, aunque parece que no a todos les ha hecho la misma ilusión.
La reina Sofía ha mostrado a Felipe VI su desacuerdo. La emérita cree que con la situación actual que se vive en el palacio de la Zarzuela no son convenientes las fiestas y ni los escándalos. Parece que se alegre del mal que rodea a la familia Borbón o le importe muy poco.
La reina Sofía no está para fiestas
Por todos es sabido que la situación es preocupante. Irene de Grecia fue diagnosticada de Alzheimer hace tres años. Su enfermedad ha avanzado a pasos agigantados y ya no recuerda ni tan siquiera su nombre, está olvidando hasta funciones básicas. Es una persona totalmente dependiente. Suerte del personal sanitario que la asiste las 24 horas del día. Los médicos son demoledores con los últimos diagnósticos.
Además, la reina Sofía estaría pasando por una depresión severa. Tal y como informa Pilar Eyre, la emérita se encierra en su habitación totalmente a oscuras y no quiere salir ni tan siquiera recibir visitas. Apenas come ni duerme, síntomas claros de una depresión, pero no quiere recibir ayuda de profesionales.
Con esta situación, la reina Sofía no quiere fiestas ni es conveniente. Por ello, tras discutir con Felipe VI por Letizia, se ha marchado de Zarzuela. La situación cada vez es más insostenible entre ellos. A la reina Sofía le gustaría volver a Grecia.
