La reina Sofía no atraviesa un buen momento. Su última aparición pública, durante la tradicional recepción de verano en Marivent, dejó muchas señales. Aunque vestía uno de sus clásicos conjuntos coloridos, su figura era otra. Mucho más delgada. Su rostro, más apagado. Su sonrisa, forzada.

Y es que, según varias fuentes cercanas a la Casa Real, Sofía ha perdido más de 10 kilos desde Semana Santa. En apenas cuatro meses. Una pérdida de peso alarmante para alguien de 86 años. No es por dieta ni por salud física. Es consecuencia del estrés, la tristeza y el agotamiento emocional.

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La familia real en la recepción de Marivent, 2025 / Casa Real

Los peores momentos de la vida de la reina emérita Sofía

Los motivos son varios. El más evidente: la delicada salud de su hermana, Irene de Grecia. Sofía quería quedarse en Madrid para cuidarla. Pero, a petición del rey Felipe VI, viajó a Mallorca para cumplir con su deber institucional.

Esta decisión, sin embargo, le costó. Se notaba en su mirada ausente. En sus gestos lentos. En esa forma de estar presente sin estar del todo. Como ha señalado la periodista Pilar Eyre, la reina emérita "solo sonríe con la boca". Sus ojos están tristes. Su cuerpo habla.

Pero no es solo Irene. La reina Sofía también sufre por el distanciamiento entre sus propios hijos. Felipe, Elena y Cristina ya no tienen el trato cercano que antes compartían. La unidad familiar se ha roto. Y eso, para una madre, duele profundamente.

Letizia, Felipe y Sofía en Marivent / Casa Real
Letizia, Felipe y Sofía en Marivent, 2024 / Casa Real

Abandonada y apartada a un segundo plano

Tampoco encuentra consuelo en sus nietos. Las jóvenes Leonor y Sofía mantienen cierta frialdad con su abuela. No hay gestos de complicidad. No hay muestras de cariño. El resto de nietos aparece en Zarzuela solo por conveniencia. Para descansar tras una fiesta o pasar unas vacaciones. No por afecto.

Todo eso se acumula. Y pasa factura. Los expertos en la monarquía lo tienen claro: la reina está deprimida. No es oficial. No hay comunicado. Pero el desgaste emocional se ve en cada una de sus apariciones. En cómo camina y en cómo intenta incorporarse a las conversaciones. En cómo queda apartada en los grupos, como sucedió en el besamanos de Marivent.

Aunque tiene un equipo médico que la sigue de cerca, su entorno está preocupado. Muy preocupado. No solo por su estado anímico, sino también por su deterioro físico. Perder tantos kilos en tan poco tiempo a su edad es algo serio.

Algunos en Zarzuela ya hablan abiertamente de que la reina debería retirarse por completo de la vida pública. Necesita descanso. Necesita cuidarse. Necesita tiempo con su hermana. Y, sobre todo, necesita sentir que aún importa.