La reina Sofía ha vivido los años más complicados de su vida. Se está haciendo mayor y sabe que eso implica perder a las personas más importantes de su vida. Hace unos años tuvo que despedirse prácticamente de forma fulminante de su hermano Constantino. El rey heleno padecía un derrame cerebral. Pocos meses más tarde se confirmó que su hermana Irene, su compañera de viaje, máximo apoyo en los momentos más difíciles, padecía Alzheimer, la enfermedad del olvido. La enfermedad ha avanzado tanto que ya prácticamente no recuerda ni quién es. En algunas de las últimas apariciones se la ha podido ver con el rostro desmejorado, la mirada perdida y en silla de ruedas. Esta Semana Santa es la primera vez que la emérita ha acudido sola al concierto de Pascua en Palma de Mallorca. A todo esto hay que añadirle que ella cada vez es más mayor y también sufre los achaques de la edad. Casi 87 años y no logra reunir a toda su familia alrededor de una mesa como despedida. Desde que no es reina no ha visto a sus ocho nietos todos juntos.

Todas estas situaciones producen a la reina Sofía mucha ansiedad y estrés y provoca que de vez en cuando tome una calada de sus puros. El mayor secreto de la emérita. De Juan Carlos I siempre se ha dicho que bebía alcohol como si fuese agua y que fumaba siempre después de cada comida, pero la imagen de la madre de Felipe VI siempre se ha querido que sea impoluta.
La reina Sofía no puede dejar de fumar, un vicio que le está costando la salud
Parece que es algo de reinas porque es un vicio que también tendría Letizia, aunque intente hacer creer que no ha fumado en su vida. Las dos reinas son fumadoras ocasionales. En el bolso de la actual monarca siempre hay escondido algún cigarro de emergencia. Si se pone muy nerviosa en alguna situación se ausenta unos minutos en el lavabo. En el caso de Letizia estaría muy mal visto por su obsesión de apostar por una vida saludable. A la emérita le encanta fumarse un cigarro después de un buen almuerzo. Solo lo hace si está en casa, o en familia, de forma relajada.
La madre de Felipe VI, según se cuenta en “Doña Sofía. La Reina habla de su vida” de Carmen Enríquez y Emilio Oliva, era una fumadora habitual: ** “Llegué a fumar hasta diez cigarrillos diarios cuando fumaba con más asiduidad”.** La reina comenzó a fumar, según comenta la misma publicación, “para parecer mayor, como tantas otras amigas, entonces era muy común empezar a fumar por tonterías así”. Juan Urdangarin, Froilán, Victoria Federica, incluso Leonor, también fumarían.
Por prescripción médica Juan Carlos tuvo que dejar de fumar, dejó los cigarrillos, pero esporádicamente aún fuma algún que otro puro.
