Casa Real no se pronuncia en ningún momento. Ni confirma ni desmiente los rumores que rodean a la reina Sofía. La emérita es la máxima preocupación en estos momentos de Felipe VI, Elena y Cristina. Sus tres hijos se reunieron de urgencia para hablar sobre el estado de salud de la matriarca. Últimamente todos la visitan de forma asidua. No obstante, la infanta Elena está centrada en Juan Carlos I. Esta semana le acompaña a Sanxenxo y la próxima semana padre e hija se marchan a Nueva York para una competición.
La reina Sofía ha vivido unos años especialmente complicados. Hace tres años, su hermano Constantino de Grecia sufrió un derrame cerebral. Una noticia que ningún familiar se esperaba, aparentemente estaba bien. La emérita no pensó que su hermano pequeño fallecería antes que ella. Siempre pensó que sería la primera en marcharse de este mundo, pero parece que será la última, ya que Irene de Grecia también está muy mal y ha empeorado en los últimos meses. La conocida como tía Pecu padece Alzheimer, una enfermedad que se dio a conocer tan solo unos meses más tarde de la muerte de Constantino. Evolucionó rápidamente. En sus últimas apariciones se la pudo ver con el rostro desmejorado, la mirada perdida y en silla de ruedas, una imagen que hizo saltar todas las alarmas.
La reina Sofía padece una depresión severa, no quiere ir al psicólogo
Desde hace un año no aparece públicamente, ni tan siquiera este verano en Palma de Mallorca, que ha sido más corto de lo habitual. La reina Sofía se quedaba los tres meses de verano en compañía de su hermana, pero este año Casa Real ha preferido no trasladarla, y en el caso de la emérita, ha viajado con Felipe VI y se ha marchado con la familia, tan solo ha estado tres semanas.
La reina Sofía preocupa a todos por su estado anímico, más allá de sus problemas de salud por su avanzada edad. La enfermedad de Irene y la muerte de Constantino han hecho mella en su estado. A esto hay que añadirle que siempre siente una profunda tristeza por ver a su familia totalmente dividida.
Según Pilar Eyre, la reina Sofía no sale de casa, ni tampoco quiere recibir visitas, por más intentos que hacen sus hijos. Se encierra en su habitación, totalmente a oscuras, y apenas come ni duerme, síntomas claros de una depresión severa. Felipe VI, Cristina y Elena intentan que se ponga en manos de especialistas. Necesita ayuda urgente. De hecho, esta semana ha tenido que ser atendida de urgencia por el equipo médico de Zarzuela que trata a su hermana Irene.
