Probablemente, y con permiso de Felipe Juan Froilán, la miembro de las realezas europeas más inclasificable es la reina Isabel II de Inglaterra. A sus 92 años no deja de sorprender. Ya hace unas semanas sus súbditos se escandalizaron con las revelaciones de la escritora Lady Colin Campbell, que en el libro The queen's marriage explica el vigor de la reina en su pasado: "tiene el apetito sexual de la lujuriosa reina Victoria, cuándo era joven tenía un intenso deseo sexual y la noche de bodas fue especialmente apasionada".

reina isabel acn

ACN

Un tema considerado tabú que a muchos británicos sorprendió. Pero no es la única característica peculiar de la reina relacionada con las camas. Según explica Vanity Fair, a Isabel II la despierta cada día el mismo hombre. Sólo hay una persona que la hace poner de pie de la cama cada mañana, y no es su marido Felipe de Edimburgo. Se trata de Scott Methven, un gaitero.

gaitero

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Él es el encargado de despertar a la reina haciendo sónar su instrumento haga sol, llueva o nieve. Cada mañana, haciendo gala de la puntualidad británica, toca su gaita a las 9 en punto. Se coloca bajo la ventana del dormitorio de la reina, ya sea en el Palacio de Buckingham, el castillo de Windsor, el de Balmoral o el palacio de Holyroodhouse y durante 15 minutos interpreta los grandes éxitos de su música de viento. Este curioso encargo se creó el año 1843 por la reina Victoria, cuando después de pasar una temporada en los Highlands escoceses, dijo: "Me he acostumbrado tanto que yo también quiero a un gaitero". Desde entonces ha habido 15 escogidos.

tatcher

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Pero la surrealista manera de despertar a la reina de los ingleses de su reparador descanso no gusta a todo el mundo. Una de las autoridades que lo llevaba peor fue Margaret Tatcher. La dama de hierro se transformaba en dama de hojalata cuando iba a visitar a la reina en Balmoral y este Carlos Nuñez a la inglesa daba la tabarra durante un cuarto de hora. No fue la única que se puso de los nervios: John Major, el sucesor de la Tatcher en Downing Street, explica que una vez las gaitas impidieron que abordara una importante cuestión con su homólogo italiano durante una crisis política. Quién sabe... Quizás el secreto de la longevidad de la reina no es que cada mediodía se tome un vaso de ginebra y cada noche una copa de champán. Quizás el secreto está en cómo se activan sus neuronas cada mañana cuando suena la gaita.